Por José María Arévalo
(Fotograma de la película «Up», nominada a «mejor película»)
A estas alturas ya nadie duda de que «Avatar» se llevará el palmarés de los Oscar en un montón de modalidades. En los cuatro artículos que escribí sobre ella estas semanas atrás, ya prometía no volver a una sala comercial a ver una peli que no sea en tres dimensiones y con la tecnología de «Avatar», tan enorme es la diferencia visual. Me lo confirma la noticia de que Roland Emmerich usará esa misma tecnología para rodar «Fundación», la famosa novela de ciencia ficción de Asimov. «Probablemente –ha dicho ahora Emmerich – todas las grandes películas tienen que ser en 3-D, no sólo por su efecto, como ha demostrado ‘Avatar’, sino porque consigue que puedas pedir más dinero para la producción; ahí está la clave». Fue, continúa la noticia, uno de los privilegiados que estuvo presente en el rodaje de «Avatar», de James Cameron, y admite que esa forma de rodar » es el camino definitivo para el cine».
De las contrincantes de “Avatar” para el Oscar a la mejor película, la más sobresaliente es otra cinta de ciencia ficción, “Up”, y en este caso todo animación también en última tecnología, con opción a verla en 3D, aunque me parece que en este caso el efecto no ha sido tan espectacular, quizá por el tema. Es la décima entrega de las películas de animación de Pixar, que han dirigido – dice Decine21- dos veteranos de la casa, Pete Docter -director de Monstruos, S.A., y coguionista en los Toy Story, Buscando a Nemo y WALL•E- y Bob Peterson -coguionista en Buscando a Nemo y Ratatouille-. Film repleto de sentido del humor, con gags memorables, en que no se para de reír, por supuesto con los personajes humanos, pero también con la presencia de divertidos animales. Acción trepidante, casi terror, y emoción sin límites, todo propiciado por una casa volante y un dirigible. “Apuntala la idea de que no hay nada como las aventuras de la vida cotidiana, la mayor parte de las veces más valiosas que aquellas que llamamos extraordinarias. Además está esa preciosa relación entre Carl y Russell, donde ambos se enriquecen, pues el primero encuentra al hijo que nunca tuvo, mientras que el otro ve rellenado el hueco de la ausencia del padre, divorciado y al que le falta tiempo para estar con él.”
Desgraciadamente no puedo hacer tantos elogios del resto de nominadas. No me disgustó “District 9”, sobre todo por las muchas sorpresas que te depara una película nada menos que de invasión alienígena, en la que no son protagonistas los americanos -aunque tanto los científicos como los militares lo parecen, como en “Avatar”- y que en buena parte es un documental sobre la difícil vida de los extraterrestres tras diez años ocupando chabolas en Johannesburgo. Es increíble la impresión de realismo que da, además de contar con una trama compleja de acción, tiroteos y astronaves en vuelo. Pero tanto realismo resulta un poco desagradable y encima no concluye ni mal ni bien. Entretenida, pero no tanto como para el Oscar. Vamos, digo yo.
Parecida, pero sin el atractivo de los alienígenas, es “En tierra hostil” (The Hurt Locker), más documental aún que “District 9”, esta vez sobre las tropas americanas en Irak, que prácticamente transcurre desactivando bombas. Muy poco argumento para mi gusto, aunque ya les comenté en el artículo precedente que unos dicen que es la mejor versión sobre la guerra de Irak y otros que sólo trata de “empaparnos de la adrenalina de un sinsentido que crea adicción”. Ambas cosas me parece son darle demasiada importancia a un bastante rollo de película.
Otro rollazo también nominado, “Un tipo serio” (A Serious Man), de los hermanos Coen, como también les decía siempre muy especiales: antes era fan suyo, pero he digerido peor las últimas, incluida ésta. Me recuerda a las clásicas de judíos de Woody Allen, solo que en éstas el argumento principal iba de sexo en irónico, lo que tiraba mucho, mientras que “Un tipo serio” va solo de judios -con alguna escenita, no podía faltar-. A lo mejor a los americanos, que deben estar todo el día viviendo entre judíos, les hace gracia cómo quedan de histéricos e histriónicos; yo creo que a los hispanos nos resultan más bien – inspirado en los párrafos anteriores- extraterrestres tratando de parecer normales.
Más entretenida resulta “Up in the Air”, de la que dice Decine21 que “arranca carcajadas, y también emociona, al mismo tiempo que hace pensar sobre la necesidad de las relaciones humanas”. A mi me parece que la gracia de esta película está en George Clooney, que la hace quedar bastante bien. Me gustó mucho más, de este mismo director, Jason Reitman, “Juno”, genial versión, tipo “Bella”, sobre las dificultades de una embarazada joven. Esta de Clooney, reconociendo es entretenida, no me parece para Oscar tampoco.
Y no digamos “Malditos bastardos” (Inglorious Basterds) y “Precious”, que lo único que tienen de original es lo desagradables que son. “Precious” podría haber sido una buena película, como otras muchas a cerca de gordos – recuerdo sobre todo “Marty” que protagonizó Ernest Borgnine-, le ha perdido, creo yo, el realismo o documentalismo tan de moda, como acabamos de ver en varias de las nominadas; además de cruda y desagradable en algunas escenas, no acaba de levantar el vuelo para conseguir un cierto relieve, para emocionar, ya lo siento. La de Tarantino es, simplemente, vomitiva, no pude aguantarla.
Nos faltan por ver las que aún no se han proyectado en nuestro país, “An Education”, a punto de estrenarse, y “The Blind Side”, ésta con Sandra Bullock que casi siempre es una garantía. Amas prometen, tendremos ocasión de comentarlas.
