La publicidad ha cambiado de fisonomía. Actualmente es una realidad distinta a la que era hace algunos años. Hoy ofrece rasgos difíciles de distinguir, que casi la convierten en una realidad casi invisible. Resulta complicado hablar de ella, por la imprecisión de sus actuales características.
Hay personas más singulares que otras. Ayer se enterró Jaime Loring, en Malaga y a los 89 años, un jesuita verdaderamente singular.
En una entrevista periodística le preguntan por qué es tan "inclasificable", y responde con cierto humor: "yo no soy incalificable, soy una persona como otra cualquiera, más bien aburrida". Pero sí es verdad que es singular y que tiene además una biografía polifacética y una vida muy poliédrica.
Al conocer la noticia sobre su muerte, reproduzco lo que escribí aquí sobre este autor el 15 de mayo pasado
Vi un titular, y me entusiasmé: "No he visto nunca un fanático con sentido del humor". No recordaba conocer al autor que dijo esta frase, pero al verla pensé que merecía un comentario. Con el recurrente e invasivo tema catalán como trasfondo, la frase ofrecía una opinión muy sugerente: seguramente el humor podría ofrecer un resquicio de salida al fanatismo, que tanto distancia a unos de otros.
Domingo, 17 de febrero