Transversal

Pilar Aizpún Bobadilla

El Papa Francisco y el futuro de la Iglesia

Entre el drama migratorio, que algunos piensan que todavía tiene solución pero no la tiene, las elecciones catalanas, las generales, las bolsas, Grecia etc… ha quedado un poco en el olvido un evento que puede tener consecuencias insospechadas para el futuro de millones de personas, de forma directa o indirecta. Estoy hablando del Sínodo de la familia que se va a celebrar en Roma en el mes de octubre.
Al margen de que uno sea católico o ateo o lo que quiera, la Iglesia Católica es una institución milenaria que está en la base de nuestra civilización, y que tiene casi mil millones de fieles. La Iglesia Católica tiene un líder, el Papa, cuyas opiniones suelen ser comentadas y discutidas por millones de personas, se declaren o no fieles católicos. Y hay que tener en cuenta que mientras en Occidente la religión retrocede en la misma medida en que su civilización decae, en el resto del mundo las religiones tienen cada día más presencia. El islam avanza con fuerza imparable, en India gobiernan fundamentalistas religiosos, y el cristianismo o el islam avanzan también en países como China o en continentes como África. El siglo XXI es un siglo religioso.
Así las cosas, lo que suceda en el próximo sínodo sobre la familia tienen una gran importancia. Porque la Iglesia Católica se está jugando su existencia futura. Y aquí voy a decir algo que no va a gustar a nadie. Si en el sínodo de octubre se cede en los puntos más polémicos, es decir, en el concepto de familia y en la posibilidad de que los divorciados puedan comulgar, se acabó la Iglesia Católica y sus posibilidades de crecimiento, al margen de lo que piensen los progresistas partidarios de la presunta primavera eclesial.
Sería largo de explicar en un post, pero la Iglesia Católica tiene como hecho diferencial la fe en la presencia real de Dios en la Eucaristía, en la posibilidad de que a través de este sacramento y del resto de los sacramentos, el ser humano pueda ser “curado” del pecado y pueda llegar a tener una efectiva vida en Dios, como hijo adoptivo. No solo en esta tierra, sino para toda la Eternidad, porque defiende que la muerte es un hecho no propio de la naturaleza humana, sino derivado del pecado. Pero para eso, y dado que Dios es absolutamente Santo e incompatible con el mal –el pecado siempre es un mal-, el hombre que se acerca al culmen de la vida cristiana que es la Eucaristía tiene que estar limpio de pecado mortal, que para eso murió el Hijo de Dios en la cruz: para hacernos capaces de comulgar y vivir la vida de Dios. Si no, la Eucaristía, a causa de esa presencia real de Dios en el pan y el vino, se convierte en una farsa sacrílega que aleja al católico de Dios.
Esta es la doctrina actual. Si se cambia dicha doctrina, la Iglesia Católica pierde su hecho diferencial, se convierte en una asamblea protestante o cismática más, y el Papado pierde su razón de ser, que es la confirmación de los fieles en la doctrina. El sacerdocio desaparece, y con el sacerdocio, van los cardenales, obispos etc…
Si el catolicismo en Alemania está en retroceso, ni les cuento el protestantismo. Las cifras oficiales allí no mienten. El hecho de que un sacerdote católico cobrara en un momento dado del Estado Alemán 4.000€ al mes, tiene algo que ver con las tesis de Kasper y con la decadencia de la Iglesia en ese país. Nos guste o no, si se introducen cambios en el hecho diferencial de algo, ese algo desaparece. Y si se da la comunión a los divorciados, se acabó la Eucaristía… y la Iglesia.
Yo no sé qué va a pasar en el sínodo, pero sé que si el Papa confirma según qué cosas, no solo me tendré que contentar con haber dejado de ser navarra -ya que Navarra va a desaparecer si Dios no lo remedia-, sino que además tendré que contentarme con dejar de ser católica oficial, ya que mi Iglesia desaparecerá si Dios no lo remedia.
Euskaldún, protestanta y vaya a usté a saber si europea y española. Vamos, que si Vidal tiene razón, le voy a tener que echar imaginación…

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Autor

Pilar Aizpún Bobadilla

Apasionada de Occidente, de la actualidad, de la política y de las ideas. Estoy muy agradecida a los que lucharon por dejarme a mí el mejor de los mundos, así que intento entender hacia dónde vamos y qué mundo les vamos a dejar a los que vienen después

Pilar Aizpún Bobadilla

Apasionada de Occidente, de la actualidad, de la política y de las ideas. Estoy muy agradecida a los que lucharon por dejarme a mí el mejor de los mundos, así que intento entender hacia dónde vamos y qué mundo les vamos a dejar a los que vienen después

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