El único festival de cine de Arabia Saudita quedó cancelado el sábado, sin llegar siquiera a abrir sus puertas, debido a la presión de los ulemas, afirmaron fuentes del festival.
Las autoridades de la ciudad de Yedda (oeste de Arabia Saudita) comunicaron a última hora del viernes a los organizadores del Yedda Film Festival que esta manifestación no podría celebrarse, pese a que fue lanzada con bombo y platillo el jueves, en la presentación de las actividades veraniegas de la localidad.
El festival tenía que haberse celebrado a lo largo del fin de semana; en el mismo competían ocho películas procedentes de países del Golfo, dos de ellas de Arabia Saudita, y además se iban a proyectar decenas de cortometrajes de directores locales y regionales.
Los organizadores afirmaron que, antes de anunciar la celebración del festival, habían obtenido trabajosamente los correspondientes permisos de las correspondientes autoridades regionales y locales.
El clero islámico considera que el cine, la música y otros espectáculos y entretenimientos públicos violan las enseñanzas islámicas.
El festival de Yedda había sido organizado bajo los auspicios del grupo Rotana, una empresa del magnate saudí, príncipe Alwaleed bin Talal.
En una entrevista concedida el miércoles a la AFP, un alto directivo de Rotana, Ibrahim Badei, había declarado que se iba a difundir una película islámica por una televisión por cable también islámica y que se planeaba también la realización de un debate cinematográfico patrocinado por el British Council.
Pese a que en Arabia Saudita es raro que se critique a un miembro de la familia real, Alwaleed había sido abiertamente criticado por su propio
hermano, el príncipe Jalid bin Talal, por violar los principios islámicos.
El viernes por la tarde, algunos testigos afirmaron que el príncipe Jalib apareció en un canal televisivo religioso criticando las películas y los festivales de cine y exhortando a su prohibición.
Para espectáculo, legitimizado por Alá, el Corán y la Shari´a, hay: lapidaciones de adúlteras, decapitaciones en público para los apóstatas del Islam, amputaciones de manos y pies de los ladronzuelos, ahorcamientos, y fusilamientos para adulteras de alta alcurnia.
No en vano en Arabia Saudita se ejecutan a más de dos personas por semana, y el espectáculo es gratuito, para toda la familia. La familia saudita se lleva la merienda y disfruta de lo lindo mientras se aplica la Shari´a.
¡Que honor para el padre de familia de Arabia Saudita poder lanzar las piedras contra las adúlteras, “cerdas cruzadas y sionistas”.
¿Para qué quieren cine y música los sauditas?, Cuando todos saben que el cine y la música son un invento sionista para corromper la juventud sana árabe y musulmana.
Un fiel devoto del Islam sabe que en Arabia la belleza de las decapitaciones, lapidaciones, amputaciones, ahorcamientos y fusilamientos son entretenimientos en los que las masas disfrutan del jolgorio de la sangre.
¡Que placer comparado con la vulgaridad del teatro, cine, música, pintura y literatura de los infieles!
