La susodicha tolerancia del Islam, mencionada por los mercenarios de la Espada del Islam.

El Jeque Al Azhar lamenta haberse sentado junto a Shimon Peres en el Diálogo de Religiones.

Mohamed Sayed Tantawi, el gran jeque de Al Azhar, la institución religiosa más prestigiosa del mundo musulmán sunita, mostró su pesar por haber compartido mesa con el presidente israelí, Shimon Peres, durante una reciente conferencia celebrada en Kazajstán sobre el Diálogo de Religiones.

«No he visto a Peres, ni a nadie cuando entraron en la sala. Entraron cuando el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, pronunciaba su discurso», afirmó Mohamed Sayed Tantawi justificándose.

Durante la inauguración del III Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales que se celebró a principios de julio en Astana, capital de Kazajstán, Peres se sentó en la misma mesa en la que se encontraba Mohamed Sayed Tantawi.

«Que Alá lo maldiga hasta el día del juicio», espetó el jeque de Al Azhar en referencia al jefe de Estado israelí durante un campamento de verano organizado por el partido gobernante egipcio Partido Nacional Democrático cerca de la ciudad mediterránea de Alejandría.

Mohamed Sayed Tantawi insistió en que no había estrechado su mano con Peres ni con ningún rabino judío durante dicha conferencia.
A pesar de haber firmado un acuerdo de paz en 1979, las relaciones entre Egipto e Israel están lejos de normalizarse.

En Egipto los cristianos coptos son “tolerados”, pero en ningún caso tienen los mismos derechos que los musulmanes. Ningún musulmán puede convertirse al cristianismo, y los cristianos son compelidos a convertirse al Islam.

El Dialogo de Religiones es tomado como una payasada por los líderes del Islam que condenan a muerte a los apóstatas del Islam y rápidamente maldicen a los “infieles” no-musulmanes”.

En Egipto los judíos fueron expulsados y desposeídos de sus bienes, y los pocos que quedaron sufrieron en sus carnes el azote del Islam, que se presenta a bombo y platillo como tolerante y pacífico.

El Islam “pacífico y tolerante” según el lema que repiten hasta la saciedad los mercenarios de la Espada del Islam ha mostrado repetidas veces su verdadero rostro.

En 1948 había 75 mil judíos en el país, en la actualidad hay menos de medio centenar.

La Inquisición española empujó a los primeros judíos a Egipto, pero fue en el siglo XIX, durante el imperio otomano, que los judíos de Europa y Mesopotamia se instalaron en el delta del Nilo.

La contribución de los judíos en el comercio, la industria y las artes de Egipto es innegable. Muchos egipcios coinciden que la era de oro del cine egipcio no hubiera sido posible sin su participación. Pero aquella «era de oro» se vino abajo con la segunda mitad del siglo XX.

El primer éxodo, hacia Sudáfrica, se hizo durante la segunda guerra mundial cuando Rommel avanzaba desde el oeste, y el otro cuando el coronel Abdel Nasser expulsó a muchos que se fueron a Francia e Italia y otros países.

Luego de la creación del estado de Israel y la crisis de Suez de 1956, el presidente Gamal Abdel Nasser expulsó a la gran mayoría de los judíos del país y les confiscó sus propiedades. Muchos sólo tuvieron 24 horas para empacar en 1956 y los más ricos fueron secuestrados.

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