Los muertos gozan del paraíso con sus 72 huríes copulando eternamente, mientras que ellas –mientras sean viudas- no producirán más hijos, por lo que Hamás las quiere reciclar, casándolas para que tengan más hijos para ser educados en el Yihad y evitar tener que mantener viudas y huérfanos.
El plan de Hamás de adjudicación de una nueva esposa -viuda de mártir- permite a los hombres seleccionar a la viuda, siguiendo la máxima islámica de: “ellas calladitas están más bonitas” y se enmarca dentro de las medidas económicas de Hamás, para sostener las bases de un crecimiento poblacional sostenible.
Hamás exige que los pretendientes tengan suficientes recursos económicos y materiales para mantener al menos dos esposas, ante la eventualidad de que estén casados y ya tengan una.
También les pide que den sustento y se responsabilicen de los hijos de su nueva esposa -a la que deben dotar de su «propio espacio privado»-, y que tengan «altos valores morales» que se correspondan con los principios religiosos del Islam.
Para Nadia Nasser, miembro de Hamas, la medida no tiene otro propósito que «animar a los jóvenes a casarse con quienes se hayan quedado sin marido por el conflicto árabe-israelí».
Samira Abdel Aleem, directora de la Unión de Comités de Mujeres, una organización de carácter laico, consideró que «este tipo de programas degradan la dignidad de las mujeres palestinas, y las colocan al servicio de los hombres, como siempre», afirmó.
«Las mujeres no son una mercancía, tienen el derecho de escoger a sus maridos», subrayó Abdel Aleem, quien pidió a las autoridades islamistas que suspendan una medida que «promueve la poligamia».