El canal de televisión satelital Al-Manar ha transmitido las declaraciones de Al-Sayyed Hassan Nasrallah diciendo que “esto formaba parte de la campaña de guerra psicológica en contra de la resistencia y que tenía como uno de los objetivos el crear conflictos y campañas de exterminio al interior del partido”.
Nasralláh añadió que “el sitio que había transmitido la falsa noticia es un sitio desconocido, de fuentes poco confiables, y que Israel había trabajado la noticia. Asimismo, recordó la existencia de sitios web y medios de comunicación árabes que sirven al proyecto americano-israelí, difundiendo noticias falsas que provienen del mismo lado oscuro”.
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Si se hubieran difundido rumores en el mundo árabe y/o musulmán sobre un envenenamiento del Premier israelí, esto no crearía ningún conflicto en la sociedad israelí, debido a la transparencia de las noticias en Israel, de la confianza a la difusión de los avatares de la política israelí, y a la libertad de prensa, como ocurre en toda democracia.
No habría ningún desmentido a rumores creados por Hisbulá, por Irán, o por cualquier enemigo de Israel. No se perdería el tiempo con sandeces.
Ni afectaría al partido del Premier, ni a la sociedad israelí.
Sería tomado como uno de los abundantes rumores y estupideces que circulan por el mundo árabe y/o musulmán. Nada más.
Si Hisbulá es el Partido de Alá, y Alá guía a Hisbulá, Nasralá no tiene porque temer conflictos internos, ni temor a campañas de exterminio en el interior del partido Hisbulá.
El temor de Nasralá en un exterminio interno en Hisbulá se fundamenta en que el concepto de la divinidad de los islamistas es el de un dios cruel y guerrero y que no busca la paz.
¡ Que Partido de Alá más extraño, que un rumor del enemigo sionista pueda desencadenar conflictos y campañas de exterminio dentro de Hisbulá !
Si Israel ha difundido ese rumor, ¿Por qué hay peligro de guerra de exterminio entre los fieles más devotos del Islam, miembros de Hisbulá?
No es posible creer en hipotéticas guerras de exterminio interno si se tiene confianza en la lealtad y fidelidad de los seguidores, y de la libertad interna.
Si Hisbulá, el Partido de Alá, es un partido unido, sin odios internos que puedan llevar a una guerra interna o exterminio interno, es innecesario desmentir lo que procede del «lado oscuro» -en palabras de Nasralá, del enemigo.
Nasralá ha definido muy bien a sus seguidores, los creyentes más fervientes del Islam, capaces de exterminarse internamente, entre hermanos.
Ellos se conocen mutuamente muy bien.