Torres de 1 km. de altura.



En diciembre de 2005 circulaban rumores de que el gobierno kuwaití quería construir un edifico de más de 1 km. de altura.

El estudio de ingeniería y arquitectura inglés Eric Kuhne & Associates confirmó que el gobierno kuwaití quería edificarlo, superando en altura al Buró Dubai, de 800 m. de altura.


Se trata de un enorme proyecto al estilo Dubai, llamado Madinat Al-Hareer (La ciudad de la seda / The city of silk), una autentica nueva ciudad en la que se pretende crear un centro financiero, turístico, residencial y comercial con capacidad para 700 mil habitantes.

La torre de la que hablaban los rumores aparece como el gran icono de ese proyecto: su nombre Mubarak al Kabir Tower, y sus dimensiones 1001 metros de altura y 250 plantas.

Hasta el momento se trata de un proyecto, sin fechas, pero tiene el respaldo institucional y financiero necesario, con lo cual su aprobación y el comienzo de su construcción se llevarán a cabo relativamente pronto.

Mientras falta poco para que Dubai complete el edificio más alto del mundo, el país árabe dijo que se va a embarcar en un proyecto aún más ambicioso: un rascacielos de casi un kilómetro de altura.

“Es un diseño increíblemente novedoso”, dijo el ejecutivo Chris O’Donnell a principios de octubre de 2008 durante una conferencia de prensa en el centro de ventas de la compañía constructora Nakheel, no lejos del sitio donde se erigirá el edificio.
“”Aún me deja sin aliento”.

La torre, cuya finalización tomará más de 10 años, será la pieza central de un proyecto inmobiliario que la estatal Nakheel planea crear en la sección “Nuevo Dubai”.

Los trabajos de cimentación ya han comenzado.

El área está ubicada entre dos de las islas artificiales de la ciudad, que también fueron construidas por Nakheel.

El proyecto incluirá una bahía interna artificial y 40 torres adicionales de hasta 90 pisos de altura.

Unos 150 elevadores llevarán a empleados y trabajadores a los más de 200 pisos de la Torre Nakheel, dijo la compañía. El edificio estará compuesto de cuatro torres unidas en varios niveles y centradas en un atrio abierto.

El proyecto “muestra mucha confianza, en este ambiente” de crisis global de crédito y debilidad económica internacional, dijo Marios Maratheftis, jefe de investigaciones regionales del Standard Chartered Bank.

Torres de Energía.

Investigadores israelíes han diseñado un generador que, según dicen, podría generar más de 15 veces la electricidad necesaria en todo el planeta.

Aprovecha el aire caliente y seco y el agua de mar, algo fácil de conseguir en muchas regiones de la Tierra, para generar electricidad mediante una torre de energía.

Puede parecer un poco exagerado, pero los investigadores del instituto científico Technion, de Israel, aseguran que una torre de este tipo podría ser la solución a los problemas energéticos del planeta.

De hecho, se encuentran trabajando en el concepto de la ‘Energy Tower’ desde 1983, y según puede leerse en sus escritos, la torre podría usarse además como un dispositivo de desalinización y podría ser capaz de revertir los efectos del calentamiento global.

Como fundador e impulsor del proyecto, el profesor Dan Zaslavsky explica que la Torre de Energía funciona gracias a un principio básico de la convección: el aire caliente asciende y el aire frío ocupa su lugar.

La torre tendría unos 1000 metros de altura, un diámetro de 400 metros, y aprovecharía este movimiento de las masas de aire para producir energía eléctrica.

Emplea agua para enfriar el aire en la parte superior de la torre, haciendo que este descienda por el interior de la estructura y ponga en movimiento una serie de hélices ubicadas en su interior.

Estas hélices se encargan a su vez de mover los generadores de electricidad.

Lo bueno de este diseño es que puede emplearse cualquier fuente de agua disponible, ya sea de un río, del mar o simplemente la obtenida de los tubos de drenaje de las grandes ciudades.

El líquido se transforma en un fino spray que absorbe el calor del aire caliente de la parte superior de la torre, enfriándolo a la vez que el agua se transforma en vapor.
Simple, barato, y sobre todo, limpio.

Debido a que el principio de funcionamiento de la Torre de Energía se basa en una masa de aire calentada por el sol, se la considera como un tipo de energía solar.

Dado que es necesario disponer de una buena provisión de aire caliente en la parte superior de la torre, este concepto podría funcionar mucho mejor en climas cálidos y secos.

El equipo de Zaslavsky ya ha identificado varias regiones (en unos 40 países) en los que las torres podían trabajar bien. Entre ellos se encuentran las naciones de Oriente Medio, Australia, África del Norte, California, y México.

Los investigadores predicen que la electricidad generada a partir de este método costaría sólo U$S 0.25 cada kilovatio/ hora. Eso es menos de un tercio de lo que cuesta generar energía eléctrica en la actualidad. Resulta aún más económica que la energía solar tradicional y la energía eólica.

Zaslavsky explica que la torre podría utilizarse también para la desalación de agua, proporcionando agua dulce a sólo la mitad del costo de las actuales tecnologías para la desalinización.

Las reservas de agua se podrían usar en forma local para una serie de propósitos, incluyendo el riego de regiones desérticas, la producción de biocombustibles, o la piscicultura.

Por último, la Torre de Energía puede ayudar a enfriar el planeta, llegando incluso a invertir el proceso de calentamiento.

Es que su funcionamiento reproduce un fenómeno natural conocido como ‘Hadley Cell Circulación’ que ayuda a la tierra a enfriarse, pero que solo se da cerca del ecuador.

Si bien los investigadores están seguros de su tecnología, siguen a la espera de los inversores necesarios para financiar el proyecto antes de dar los próximos pasos, incluida la creación de un prototipo.

Pero están convencidos de que su Torre de Energía podría ser la clave para el suministro de energía barata para todo el planeta y así beneficiar a toda la humanidad.

Megaproyectos, torres de más de mil metros de altura.
En Kuwait y Dubai, la riqueza que proporciona el petróleo se gasta en edificios fastuosos, suntuosos.

La ostentación, el despilfarro y la especulación subyacen en el pensamiento de sus constructores, de ambos gobiernos.

Esta dilapidación económica generará un derroche energético e incrementará el empeoramiento del ecosistema.

Los gobernantes de Kuwait y Dubai les motiva el tamaño fálico, freudianamente hablando, de sus edificios.

Es una carrera de quien tiene el edificio –pene- más grande.

Ninguna queja de los izquierdistas que se visten de verde, más islamista que ecologista, contra este despilfarro energético y económico especulativo y fanfarronería constructora que beneficiará únicamente a las constructoras occidentales, (porque en estos ambos países no hay nadie capaz de tal empresa, ni de otras), en detrimento de un mejoramiento económico, cultural y social de las poblaciones de ambos países.

Frente a esta malversación económica y energética, en Israel sus investigadores diseñan una megatorre cuyo objetivo solucionar los problemas energéticos de la tierra, desalinizar el agua marina, y proporcionar agua potable a zonas sedientas del globo terráqueo, revertir los efectos del calentamiento global de lo que se beneficiará toda la humanidad, habiendo identificado varias regiones en las que podrían situarse estas torres, algunas de ellas en países enemigos de Israel.

La prensa europea en general, y la izquierdista en particular ha comentado muy poco sobre los megaproyectos en Kuwait y Dubai, pero nada sobre la propuesta de los investigadores del instituto científico Technion de Israel, que ha dado varios premios Nobel.

Los izquierdistas, huérfanos de Stalin y nostálgicos del Gulag, se han “reciclado” en ecosocialistas, y aquello que realmente y con base científica puede mejorar el medio ambiente les es indiferente, sólo les motiva criticar a Israel y todo lo que rompe sus esquemas maniqueos y dualistas, es ignorado.

La ecología, la protección del medio ambiente, el abaratamiento de la energía, el freno a la especulación en realidad sólo es propaganda.
La extrema izquierda laica europea en general, y la española en particular siente fascinación por la extrema derecha religiosa del Islam, y por sus líderes, que derrochan el dinero, y no lo invierten en mejorar la educación de su población y en la corrección de las desigualdades sociales.

Los izquierdistas odian más los avances científico-técnico, culturares, sociales y económicos del mundo libre que lo que aman a sus respectivas poblaciones.

La judeofóbia de los izquierdistas les hace ningunear cualquier propuesta israelí.

Ayer el fascismo, hoy el comunismo y el islamismo se han erigido como salvadores de la humanidad.

Los totalitarios izquierdistas quieren salvarnos de todos los peligros, y aquellos que no acatan su ideología son anatemas y enemigos de la humanidad.

El ecologismo es sólo una pantalla que enmascara y recubre la nostalgia del totalitarismo de los izquierdistas.

Realmente les es indiferente el medio ambiente y la ecología.
Debido a esto los izquierdistas no han hecho ningún comentario ni crítica sobre la propuesta de los investigadores israelíes del Technion.

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