Los islamonazis de Hizbulá esperan órdenes de Teherán para volver a asesinar.

El brazo terrorista del movimiento islamonazi chiíta Hizbulá de obediencia iraní espera la aprobación de Teherán para cometer atentados anti-judíos en algún lugar fuera de Oriente Medio.

Los organismos de inteligencia en los Estados Unidos y Canadá advirtieron que sospechan que Hizbulá, respaldada por Irán, está lista para montar un ataque terrorista contra «objetivos judíos» en algún lugar fuera del Medio Oriente.

Oficiales de inteligencia comunicaron que el grupo ha activado «células» en Canadá.

Los funcionarios dicen que el grupo está buscando venganza por la muerte el líder de Hezbollah, Imad Mugniyeh, asesinado por un coche bomba en Damasco, Siria.

No hay información fidedigna sobre un objetivo específico, según los funcionarios. Sospechan que los terroristas llevaron a cabo operativos de vigilancia en la Embajada de Israel en Ottawa, Canadá y en varias sinagogas en Toronto.

Diversos países de América Latina también pueden estar en riesgo de un ataque de ese tipo.

Funcionarios dicen que la CIA y los organismos de Inteligencia de Gran Bretaña y Canadá comenzaron a recoger información – a partir de intercepciones electrónicas, recursos humanos y fuentes de vigilancia – sobre un posible ataque de Hizbulá, apenas unos días después del funeral en Beirut de Mugniyeh, donde Nasralá dijo públicamente que buscaría la venganza.

«Ellos quieren matar a tantas personas como puedan, quieren que sea un gran ataque», dijo el ex oficial de la CIA, Bob Baer.

Las alarmas se encendieron por primera vez en Canadá, donde nada menos que 20 agentes sospechosos de Hizbulá estuvieron bajo vigilancia después que cuatro presuntos «células» fueron activadas.

Los funcionarios también han informado que un conocido experto en armas del grupo terrorista fue vigilado en Canadá y fue visto en un polígono de tiro al sur de Toronto, cerca de la frontera con los EEUU.

Las actividades islamoterroristas del movimiento islamonazi están siendo coordinadas con la ayuda de Irán.

Hizbulá es el brazo armado del pulpo islamista de Irán que actúan en el Líbano.
Ahmadineyad ha negado que el sus país haya homosexuales, y también afirma que “Irán es el único país que no interfiere en el Líbano”, cuando es de sobras conocido y reconocido por todos, hasta por Moratinos, que cuando ha querido parlotear con Hizbulá ha recurrido a los amos –del Partido de Alá- en Teherán.

Nimrod Raphaeli ha escrito en MEMRI que la absurda declaración de Ahmadineyad –de que Irán es el único país que no interfiere en el Líbano- coincidió irónicamente con la publicación en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat de una extensa entrevista con Mohammad Hassan Ajteri, quien ha completado recientemente un total de 14 años como embajador de Irán en Siria.

Por su propia admisión, Ajteri fue el más antiguo funcionario iraní enlace con el Hizbulá, Hamas, y el Yihad Islámico, y el arquitecto de la relación especial entre Irán y Siria.

Ajteri también fue el fundador en Damasco de la Sociedad de Amistad Palestina-Iraní.

Ajteri nació en Qom en 1928, y llegó a la diplomacia desde su posición como predicador del Viernes en la mezquita de Samnan, al norte de Teherán.
Estudió jurisprudencia religiosa en un hawza (centro religioso chiíta) en Qom.

Concurrentemente con su papel como embajador en Damasco, Ajteri ha servido durante los últimos cuatro años como jefe de la Sociedad Internacional aal-al-beit, los descendientes de Muhammad, quienes son vistos por la rama chiíta del Islam como los gobernantes legítimos del Islam.

La Sociedad Aal-al-beit está también comprometida en esparcir «la conciencia islámica chiíta», esencialmente una organización proselitista que busca convertir al Islam chiíta a todos los musulmanes.

Ajteri sirvió dos periodos como embajador en Damasco: el primero, el periodo más largo desde 1986 a 1997, y el segundo desde el 2005 a enero del 2008.

Pero antes de servir como embajador, había acumulado una marca como proselitista: Pasó algo de tiempo en Homs, Siria en 1969, y desde allí fue al Líbano por dos años y medio, hasta 1972, para llevar a cabo actividades religiosas y tabligh (esparcir del Islam).

Ajteri llegó a Siria en 1986, en un momento de conflicto entre los palestinos y el Movimiento Chiíta – Amal – que fue creado por Imam Moussa al-Sadr en los años sesenta como una organización de servicio social para mejorar las condiciones de vida de la comunidad chíita al sur del Líbano, una de las comunidades más pobres en el país. Al-Sadr, nacido en Irán y educado en Qom, también estableció el Concejo Islámico Supremo Chiíta en 1969. Al-Sadr viajó a Trípoli, Libia el 25 de agosto de 1978 y allí desapareció.

Su desaparición, seis meses antes del éxito de la revolución iraní, fue un factor importante en la marginalización del Movimiento Amal, y el nacimiento del Hizbullah.

El régimen islámico de Irán después que la revolución considerara al Movimiento de Amal con sospecha porque parecía insuficientemente religioso, y sin la conveniencia o voluntad para ser un instrumento en el esparcir la revolución iraní.

Además, fue liderado por políticos, muchos de ellos eran seculares, en lugar de los clérigos. De hecho, el propio nombre Amal (Esperanza) le faltaba el toque religioso. Por su parte, Amal estaba desencantado con Irán porque durante su conflicto con los palestinos Irán apoyó al último.

Como resultado, Irán alentó a elementos del Movimiento de Amal a separarse y establecer un partido religioso que estaría más a tono con el concepto de wilayat al-faqih, [el Mandato del Jurisprudente] introducido por el Ayatolá Ruhollah Jomeini, el líder espiritual y político de la República Islámica. Una vez que ese partido, Hizbulá, fue establecido, Jomeini ordenó a elementos de la Guardia Revolucionaria ir al Líbano para entrenar a sus jóvenes cadetes.

El embajador iraní en Damasco desde 1982-85, Ali Akbar Mohtashemi, fue citado por Al-Sharq Al-Awsat diciéndole a un diario iraní que Hizbulá ganó parte de su experiencia de batalla a través de su participación en la guerra contra Irak.

Según Mohtashemi, más de 100,000 jóvenes libaneses recibieron entrenamiento militar ambos en el Líbano, y en Irán en grupos de 300 combatientes. Ajteri también ha concedido que elementos del Hizbulá combatieron en la guerra con Irak «o dentro de nuestras líneas por si solos».

Ajteri recuerda que cinco aviones de carga de la Guardia Revolucionaria y el Basij (la milicia juvenil) aterrizaron en Damasco para estar con el Hizbulá durante la invasión israelí del sur del Líbano en 1982, pero Jomeini detuvo cualquier despliegue de fuerzas iraníes al Líbano debido a problemas logísticos.

Según Ajteri, proveer una contingencia militar en el Líbano habría sido difícil con la guerra rabiando entre Irán e Irak. La única otra alternativa habría sido pasar por Turquía, pero Turquía era miembro de la OTAN. De hecho, la alternativa verdadera era entrenar a los cadetes del Hizbulá en el propio Líbano.

El armar al Hizbulá no podía ser posible sin el apoyo de Siria. Cuando el Hizbulá fue establecido, Siria estaba en control del Líbano, y nadie podría venir e ir sin la aprobación del régimen sirio.

De hecho, Ajteri admite que a lo largo de su misión «diplomática» a Siria él coordinó sus actividades en el Líbano con Ghazi Kan’an, quien era jefe de la inteligencia siria en el Líbano desde 1982-2001, y quién se convirtió en ministro del interior en octubre del 2003 y quién en el 2005 según se alega se suicidio

(Kan’an puede haber estado involucrado en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Al-Hariri.

Mientras la investigación internacional del asesinato estaba comenzando a implicar al régimen sirio, Kan’an puede haber sido silenciado por un suicidio organizado e inexplicable).

En su entrevista con Al-Asharq Al-Awsat, el Embajador Ajteri declaró con un evidente orgullo que el Hizbulá, el Yihad Islámico y Hamas son los «hijos legítimos de la revolución iraní», y que Irán los ha apoyado, política, financiera y moralmente.

Hubo coordinación entre Irán y cada uno de estas organizaciones, pero Ajteri argumenta que cualquier decisión final fue tomada por estos mismos grupos.

Para solidificar su control sobre sus partidarios y esparcir el fervor islámico chiíta, Hizbulá necesitaba su propia estación de televisión, pero el Líbano estaba renuente a aprobar una estación independiente para el Hizbulá.

Según el ex vicepresidente sirio Abdul Halim Jaddam, quien vive ahora en el exilio en Francia, el presidente iraní para el momento, Hashemi Rafsanjani, llamó al Presidente sirio Hafez Al-Assad con el objeto de obtener una licencia para Al-Manar TV. Assad le dijo al entonces primer ministro libanés Rafiq Al-Hariri de conceder el permiso, y el permiso fue concedido.

El establecimiento de Al-Manar fue uno de los pasos que Ajteri enfatiza, «fortaleció la independencia del Hizbulá en la escena política libanesa».

Además de Al-Manar TV, Hizbulá fue capaz, con el financiamiento de Irán, de establecer una amplia gama de instituciones sociales, financieras y económicas que fortalecieron la lealtad de los chiítas en el Líbano hacia Irán.

Uno de los brazos financieros significativos del Hizbulá es la Fundación Shahid (Fundación de los Mártires), una organización con sede en Irán establecida en 1982 en Irán para ayudar a las víctimas de la guerra Irán-Irak.

En el 2007, la Tesorería Norteamericana tuvo como objetivo la «Fundación de los Mártires con sede en Irán, incluyendo su rama norteamericana, y la empresa de finanzas Al-Qardh al-Hassan (Préstamo de Buena Voluntad) como organizaciones frontales para el Hizbulá.

Según la Tesorería, las ramas de la Fundación de Mártires en el Líbano proporcionaron el apoyo financiero a las familias de miembros muertos o encarcelados del Hizbulá y del Yihad Islámico, incluyendo a atacantes suicidas en los territorios palestinos.

Al-Qardh al-Hassan creó la Organización Caritativa Buena Voluntad (munathamat al-niyya al-hasana al-jairiya) en Dearborn, Michigan como la oficina de recaudación de fondos para la Fundación de Mártires.

Según la Tesorería norteamericana, Hizbulá usó el brazo financiero de Al-Qardh al-Hassan como cobertura para manejar su actividad financiera.

Al-Qardh al-Hassan es gerenciada por Hussein al-Shami, un antiguo líder del Hizbulá quien también ha servido como miembro del Concejo Shura del Hizbulá y como jefe de algunas de las organizaciones controladas por el Hizbulá.

Hussein Raslan, a cargo de las funciones sociales en la Fundación de Mártires, le dijo a Islamonline el 13 de agosto del 2006, que la idea para la Fundación se origino con Jomeini quien proporcionó la financiación del zakat (limosna contribuida por musulmanes).

Raslan dijo que la primera escuela del Hizbulá fue establecida en Beirut en 1988, pero que en el futuro la escuela fue incorporada en la Fundación del Imam al-Mahdi en el 2002.

El flujo de fondos [desde Irán], Raslan dijo, habilitó al Hizbulá a establecer una serie de empresas que incluyen a aquellas que tratan con el suministro de alimento, gasolina y casas editoras.

Las escuelas del Hizbulá en el Líbano, bajo Jomeini o las Fundaciones al-Mahdi, siguen el plan de estudios iraní.

Hizbulá también ha establecido una red de hospitales (distribuyendo medicinas hechas en Irán), bancos, y organizaciones culturales.

Finalmente, existe la policía del Hizbulá, el cual es responsable por mantener los «buenos modales» en la calle – significando, entre otras cosas, que las mujeres siempre lleven puesto el velo en público.
El dinero de Irán mantiene en funcionamiento a este masivo aparato.

Uno de los hechos menos conocidos sobre la dominación de Hizbulá en las partes del Líbano es la negativa de sus miembros a pagar sus facturas eléctricas.

Sin los medios para obligarles a que lo hagan, el gobierno libanés es dejado con uno de sus mayores problemas presupuestarios – el creciente subsidio que el gobierno tiene que pagar a la compañía eléctrica, Electricite du Liban.

La Sociedad Internacional Aal-Al-Beit, que opera bajo el líder supremo de Irán actualmente Ali Jamenei, y de cuya función primaria es esparcir el chiísmo (tashayu’) al resto del mundo musulmán, se aprovechó de las relaciones especiales de Irán con Siria para establecer los seminarios religiosos chiítas en Damasco.

De hecho, Damasco tiene ahora por lo menos tres hawzas (centros religiosos,) y es considerado el tercer centro chiíta más grande del mundo después de Najaf y Qom.

Mientras Ajteri minimiza las funciones proselitistas de la sociedad Aal Al-Beit en Siria, existen preocupaciones parecidas en ambos Siria y el mundo árabe sobre el esfuerzo tashayu’ – no sólo en Siria sino en otros países, tales como Egipto y Sudán.

Este escrito –concluye Nimrod Raphaeli- resalta dos hechos significativos: primero, Hizbulá fue creado y es sostenido por Irán.

El apoyo financiero iraní ha hecho posible para esta organización política construir una red de escuelas, hospitales, organizaciones de bienestar social y ante todo, proeza militar.

Este sirve ahora como una extensión de la expansión estratégica de Irán en el mediterráneo.

Segundo, es totalmente evidente que el brazo extendido de Irán en el Líbano no habría sido posible sin la confabulación o aprobación del régimen sirio.

Siria también es el principal canal de armas de Irán al Hizbulá.

En la entrevista, publicada en dos partes el 14 de mayo y el 15 de mayo del 2008, Ajteri distingue entre el padre espiritual (al-ab al-rouhi) del Hizbulá, el que comenzó la idea, y el «padre en el terreno» (al-ab al-midani.

Ajteri se considera a si mismo el último, mientras su predecesor en Damasco, Ali Muhtashemi, fue lo anterior.

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