El jefe de la policía de Ispahán dijo: “Nuestro plan para acabar con que las mujeres fueran en bicicleta ha sido un éxito. Sin embargo, tenemos mucho más por hacer»
El brazo represivo de los ayatolláhs ha caído especialmente duro sobre las mujeres iraníes, independientemente de cual sea su religión, aunque la mayoría son musulmanas, a las que se les ha impuesto llevar el velo, cubrir totalmente la cabeza y el cuerpo, se les ha prohibido el maquillaje de colores brillantes.
Las Fuerzas de Seguridad del Estado de la República Islámica de Irán también prohíben llevar pantalones cubiertos por botas, y camisetas con imágenes de grupos musicales “desviados”, o de grupos de rock occidental y rapperos.
La igualdad de género va de peor en peor.
Las feministas occidentales, los izquierdistas, que presumen de defender a la mujer, giran la mirada y enmudecen para no ofender a los islamistas.
Los islamistas cada vez se sienten más fuertes y prepotentes ante el silencio cómplice de Occidente en general, y de los izquierdistas en particular.