Al Qaeda piratea las costas de Yemen y Somalia para financiar su organización islamoterrorista.

El periódico Al Quds Al Arabi ha informado que la organización islamoterrorista Al-Qaeda reivindicó, en un comunicado difundido el martes 29.04.08 en una web islamista, la piratería frente a las costas de Yemen y Somalia.

El comunicado destaca que «se dieron algunas órdenes a los muyahidiin, para que controlaran las vías de navegación marítimas, en particular, en la península árabe».

El terrorismo marítimo requiere, según el documento, «una nueva estrategia según la cual los muyahidiin» tomen» los buques comerciales, turísticos y petrolíferos, sucesivamente, desde hace un año».

Según esta estrategia, «los combatientes, que aspiran a instaurar el Califato, deben dominar los mares y las vías de navegaciones».

Al vigilar e intervenir a lo largo de los 2500 km de costa yemení, Al-Qaeda se propone controlar el Golfo de Adén y la entrada meridional del Mar Rojo.
La situación geográfica de esta región, delimitada entre el Golfo arabo-pérsico, el Mar de Omán, el Océano Índico y el Mar Rojo, es estratégica para Al-Qaeda.

La organización islamoterrorista Al-Qaeda, que goza de un apoyo mayoritario entre la población musulmana de la región, considera que «el enemigo no podrá proteger sus bases dispersadas sobre tierra firme, en la península arábiga, sometidas a los ataques de los muyahidiin, si sus vías marítimas quedan debilitadas por actos de piratería»

En este marco de financiamiento del islamoterrorismo se inscriben el secuestro por piratas islamistas de Somalia del pesquero español “Playa de Bakio” (21.04.08) y del velero francés “Le Ponant” (04.04.08), cuyos tripulantes fueron atacados y retenidos en el Golfo de Adén, también frente a la costa somalí.

Después de pagar a los piratas, ambas tripulaciones fueron liberadas, (26.04.08 y 11.04.08) respectivamente.

En dichas aguas el año pasado se produjeron 31 ataques piratas registrados por International Maritime Bureau, organismo internacional que registra los casos de ataques en alta mar a buques comerciales. En esos ataques se registraron 154 secuestros.

El gobierno francés horas después de que los 30 tripulantes de Le Ponant fueran liberados indemnes, ordenó a las tropas galas que bombardearan la base de los piratas.
Los ataques la Marina francesa causaron bajas entre los piratas islamistas.

La actitud del gobierno francés contrasta con la del gobierno socialista español: los sofisticados sistemas de control marítimo, terrestre y aéreo con los que está equipada la fragata Méndez Núñez vigilaron en tiempo real cada uno de los movimientos de los piratas islamistas, ya con el botín en las manos, realizaron durante su fuga en varias zódiacs después de poner en libertad a los pescadores del Playa de Bakio.

La fragata española, con un alcance de radar de 600 kilómetros, no intervino -pese a tener previsto un operativo de captura y estar a muy poca distancia del atunero- por orden expresa del gobierno socialista de Zapatero, que ni siquiera dio luz verde a la Marina para actuar contra los malhechores una vez desaparecido totalmente el riesgo para la vida de los pescadores.

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