Las diferencias de una madre y embarazada islamista árabe-palestina y una cruzada-sionista infiel.



El Shin Bet (Servicio de Seguridad General) declaró, el miércoles 13.06.07, que un doble atentado terrorista suicida que iban a cometer en Tel-Aviv y Netanya dos mujeres palestinas del Yihad Islámica, una de ellas embarazada, fue frustrado el mes pasado.


Una de las mujeres, Fatma Zak, 39, madre de ocho niños, en su noveno mes de embarazo, ha sido directora del departamento de mujeres del Yihad Islámico en la Ciudad de Gaza durante los cuatro años pasados. Como parte de su trabajo, estaba en contacto directo con jefes terroristas y sirvió como mediadora para mujeres interesadas en ser terroristas suicidas.


La segunda sospechosa es la sobrina de Zak, de 30 años, Ruda Habib, una madre de cuatro niños. Ambas fueron detenidas por el Shin Bet en el cruce Erez el 20 de mayo, momentos antes de entrar en Israel. Las dos mujeres admitieron el complot y confesaron ser miembros del Yihad Islámico. Declararon que habían usado la política humanitaria de Israel para adquirir permisos de entrada con un pretexto médico falso.

Las mujeres declararon que habían planeado cometer el atentado terrorista en Netanya y Tel-Aviv, respectivamente, en un restaurante o un banquete de boda. Así mismo dijeron que fueron instruidas para cruzar a Israel y luego ponerse en contacto con miembros del Yihad Islámico de Ramallah que tras suministrarlas los cinturones explosivos las dirigirían a sus objetivos.

Los árabes-palestinos nunca han sido un pueblo o nación. Son árabes de la “Gran Siria” que emigraron a Tierra Santa, la mayoría de ellos se desplazaron allí cuando los laboriosos pioneros judíos crearon riqueza y lugares de trabajo, los otros eran los musulmanes ocupantes de tierra judía, como también antaño los musulmanes ocupantes de España.

En todas las colonizaciones, nunca los pueblos ocupados han empleado a sus propios hijos y mujeres embarazadas como arma suicida contra el ocupante.

Ni los indios ante los españoles, portugueses, franceses e ingleses.
Ni los negro-africanos ante los europeos (españoles, portugueses, franceses, ingleses, alemanes, belgas, italianos).
Ni los aborígenes australianos ante los británicos.
Ni los filipinos, ni chinos, ni vietnamitas, ni otros asiáticos ante los japoneses, chinos, franceses, norteamericanos.
Ni los europeos en sus múltiples ocupaciones y sometimientos.

La judeofobia europea ha producido, desde la Inquisición, pogromos, expulsiones, conversiones forzadas, matanzas hasta llegar al Holocausto. Nunca ninguna madre judía embarazada ha utilizado su cuerpo para matar al enemigo. Nunca el pueblo judío ha utilizado a sus propios hijos y mujeres embarazadas como arma suicida contra el ocupante, el inquisidor, el convertidor forzoso, o el que le expulsaba, o realizaba pogromos o masacres.

Esto va contra la ética judía.

Cuando todas las naciones en la antigüedad permitían el sacrificio de sus hijos –por motivos religiosos paganos- o el abandono de los hijos –como en la Antigua Roma y todavía hoy en día en China y otros países, el judaísmo prohibió el sacrificio de los hijos, -hace casi cuatro milenios- bajo pena de muerte al padre o madre que sacrificase a sus hijos.

Fue la primera vez en la humanidad que se respetó integra y totalmente al hijo.

En el judaísmo los hijos son considerados un regalo del Eterno y los nietos, la Corona de los abuelos.

Este respeto por la vida de los hijos pasó al cristianismo, y actualmente en el Occidente judeo-cristiano se tiene totalmente asumido, hasta el punto de cuando alguien lo infringe, es considerado psico-patológico.

Lo normal es que las madres amen a sus hijos, y quieran protegerlos, a pesar de lo mucho que puedan llegar a odiar al invasor, ocupante o enemigo.

En la sociedad árabe-musulmana el shahid –islamokaze- , la shahid –islamokaze-embarazada es exaltada y enaltecida por las masas árabe-musulmanas en general, y por la árabe-palestina en particular.
Los terroristas suicidas, y embarazadas también, son héroes y heroínas, dignos de ser imitados y emulados por el resto de la población.

La sociedad árabe-palestina, empapada ideológicamente de odio contra la alteridad, embriagada de nihilismo, extasiada por el suicido, y embelesada por el asesinato, y deleitosa por el terrorismo, es capaz de generar madres dispuestas a reventarse para matar al enemigo -judío- y sacrificar su hijo en el seno materno y abandonar a sus hijos.

Sólo los psicópatas europeos pueden justificar a estas madres.

¿Quién quiere una madre de este tipo para sus hijos?

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