El Fandi y Cayetano, a hombros y cargados de orejas

El Fandi y Cayetano, a hombros y cargados de orejas

(PD).- Orejas por doquier y sin nada que lo justifique -tres para «El Fandi», dos para Cayetano y una para Rivera-, hoy en Granada, en una corrida que dice poco de la seriedad y la categoría de esta plaza, precisamente en el día grande de sus fiestas, Corpus Christi.

«El Fandi», Cayetano, la presidenta de la corrida «y to er mundo é güeno en Graná». No cabe otra filosofía que la del popular dicho aplicado a esta hermosa tierra para entender los parámetros de una corrida ¿triunfal? resuelta con los citados dos toreros a hombros.

Ni un pase en condiciones en toda la tarde. Y el público tan contento. Ambiente de fiesta desbordado. Decididamente, corrida triunfalista.

Está claro que el coso granadino, monumental y con larga e importante tradición, en la actualidad y no se sabe por qué razones, es de los más fáciles de cuantos conforman el circuito de las ferias o esqueleto base de la temporada.

Ni una mínima exigencia, entendida como tal la afición, el conocimiento y la sensibilidad tanto del público como de la autoridad responsable de conducir el aspecto formal de la corrida, para justificar la categoría del coso, «de segunda». En días como el de hoy -no es cómodo decirlo-, Granada, plaza portátil.

Baile de corrales en la víspera y en la misma mañana de la corrida, con presiones de Curro Vázquez, apoderado de Cayetano Rivera, amenazando con que su torero no actuaría si no se aprobaban los toros anunciados en un principio, de la ganadería de Santiago Domecq, de la que se llegaron a reconocer hasta ¡diecisiete! ejemplares, los mismos que rechazaron los veterinarios.

Un punto a favor de la presidenta, al no dar su brazo a torcer, seguramente porque estaba en la onda de que la empresa guardaba todavía en la manga la carta de un posible sustituto con tanto o más tirón en el ruedo que el codiciado galán de la prensa rosa.

Lástima que la señora Ana Belén Álvarez no acertara a ejercer después con la misma autoridad en «el palco», tirando de pañuelo a las primeras de cambio, hasta el punto de que el festejo terminó siendo una sonrojante verbena de orejas.

Pues fue eso la corrida. La pantomima del triunfo.

Repertorio barato de Rivera en el noble y poco codicioso primero, que sin embargo nunca dejó de embestir. Y latigazos en el bruto cuarto.

Polvareda de lances, carreras y chicotazos de «El Fandi» en el toro con más contenido del encierro, el segundo. Y trasteo tan deslavazado, sin hilván ni compostura, en el quinto, otro toro que «se dejó» mucho.

Cayetano, tan esperado después de sus ausencias en Sevilla y Madrid, aparece en la primera feria supuestamente importante, y no dice nada. Nada bueno, se entiende. Porque el escándalo de los toros rechazados se presume que fue cosa suya. Ni ética ni estética en sus planteamientos. Sus dos trasteos, vacíos de todo. En su primero estuvo despegado y sin ir más allá de los medios y espaciados pases. Y con menos argumentos aún en el último. La seguridad con la espada, y la falta de recato de la presidencia le auparon a hombros junto al «Fandi», que en Granada, su tierra, es un fijo en esta clase de «triunfos».

FICHA DEL FESTEJO.-

Toros de Gavira, desiguales aunque aceptablemente presentados, bajos de raza y justos de fuerza, y aunque nobles, de poco juego. Segundo y cuarto, los únicos que «medio sirvieron». El cuarto, el más manso y deslucido.

Francisco Rivera Ordóñez: pinchazo y estocada (una oreja con minoría de pañuelos); y dos pinchazos, bajonazo y descabello (silencio tras un aviso).

David Fandila «El Fandi»: pinchazo y otro hondo (una oreja); y estocada atravesada que escupe y cuatro descabellos (dos orejas).

Cayetano Rivera: estocada habilidosa (aviso y una oreja con minoría de pañuelos); y estocada (una oreja).

La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde de calor agobiante.

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