¡Pobre de mi!


(PD/Agencias).- Después de nueve días de fiesta los pamploneses se desanudaron el pañuelico rojo y entonaron el tradicional Pobre de mí. Fue una noche un tanto diferente, un sábado noche con una agradable temperatura que todavía invitaba a la fiesta.

Muchos hicieron caso omiso a esta llamada a seguir con los Sanfermines y se dieron cita en la plaza del Ayuntamiento nueve días después del chupinazo. Esta vez fue diferente al pasado 6 de julio y la alegría del comienzo de la fiesta dio paso a la tristeza del final.

Además este año la espera será más larga, ya que 2008 es bisiesto y para los próximos Sanfermines habrá que aguardar 357 días.

En una noche muy calurosa, poco antes de que en el reloj del Consistorio sonaran las doce de la noche, la alcaldesa de la ciudad, Yolanda Barcina, se ha dirigido a los allí presentes a los gritos de «pamplonesas, pamploneses, se han terminado las fiestas de San Fermín». Barcina, tras despojarse del pañuelo rojo, animó a los congregados con un «ya falta menos, ya falta menos para que en esta misma plaza os convoque el próximo 6 de julio a las doce del mediodía» porque «ya falta menos para que todos gritemos ¡Viva San Fermín!, ¡Gora San Fermín»!.

Adiós al ‘pañuelico’ rojo

Seguidamente, la traca anunciadora de el final de las fiestas ha sido recibida por un público que ya con el pañuelico rojo en las manos, como manda la tradición, entonaron el ya famoso cántico «Pobre de mí, pobre de mí, se han acabao las fiestas de San Fermín».

A los miles de ciudadanos con los pañuelos en alto, se unieron la propia alcaldesa, los concejales y otras autoridades e invitados que se encontraban en el balcón del Ayuntamiento, para todos juntos cantar y bailar las tradicionales canciones de «Ya falta menos, ya falta menos…» y el «Uno de enero, dos de febrero…».

Tras el emblemático acto con el que se clausuran los Sanfermines, la multitud, que también ocupaba calles adyacentes al Consistorio pamplonés, ha ido dispersándose a los ritmos de las charangas que, todavía, acompañarán a miles de personas por las calles de la ciudad hasta bien entrada la madrugada al coincidir el final de las fiestas con la noche del sábado.

Además, muchas de las personas que han participado en los Sanfermines de 2007, esta noche acudirán hasta la iglesia de San Lorenzo, donde se encuentra la imagen de San Fermín, para dejar allí atado a una verja su pañuelo rojo.

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