Los matones de Ahmadineyad se dedicaron a violar a los detenidos en las protestas

El director de la prisión de Kahrizak, en el sur de Teherán, ha sido detenido y encarcelado después de que las autoridades iraníes admitieran que se cometieron violaciones y abusos en el citado penal.

En declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias local Mehr, el jefe de la Policía iraní, Ismail Ahmadi Moghadam, aseguró que junto al alcaide también han sido detenidos y encarcelados «tres policías que golpearon a los detenidos».

El citado penal fue cerrado a finales del mes pasado por orden del líder supremo de revolución iraní, ayatolá Ali Jamenei, después de que aparecieran informaciones sobre la violación y tortura de los a presos.

A sus atestadas celdas fueron llevados muchos de los detenidos durante las protestas y los disturbios que estallaron en el país tras la polémica reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, el pasado 12 de junio.

En un comunicado divulgado el pasado viernes, la Policía confirmó que se habían cometido «violaciones» de los derechos de los presos y ya anunció que sus responsables serían juzgados y castigados.

Pero pese a las explicaciones, el escándalo, que salió a la luz tras conocerse la muerte en la citada prisión del hijo de un estrecho colaborador del candidato conservador a la presidencia, Mohsen Rezaei, ha salpicado al propio jefe de la Policía.

En declaraciones divulgadas hoy por la agencia de noticias semi oficial Mehr, el diputado por Teherán Hamid Reza Katuzian apuntó hacia el responsable policial y dijo que sus explicaciones no son convincentes.

«El comandante de la policía es responsable directo de los acontecimientos de Kahrizak», afirmó Katuzian, a quien también cita la televisión estatal PressTV.

«Estos hechos deben ser estudiados sin tener en consideración las inclinaciones políticas de las personas… Las respuestas de la policía iraní no nos convencen. La comandancia de Policía recibe informaciones diarias», agregó.

El diputado iraní reprochó asimismo lo que denominó falta de transparencia en el reciente informe policial donde «ni siquiera aparece la identidad de los culpables».

«El hecho de señalar a un par de oficiales por las agresiones en la cárcel de Kahrizak no es suficiente, no devuelve la vida a los jóvenes que han muerto en esta cárcel», agregó.

En declaraciones divulgadas por el diario reformista Etemad Melli, el fiscal general de Irán, Qorbanali Dorri Najafabadi, insistió en que se adoptarán todas las medidas legales contra «aquellos que han violado la ley» en el citado penal.

Miles de personas se lanzaron a las calles de Irán para protestar tras conocerse el resultado de las elecciones del pasado de 12 de junio.

En la violencia posterior murieron alrededor de una treintena de personas -según cifras oficiales- y miles más fueron detenidas.

Según las autoridades, unas 200 personas, entre las que se hallan figuras de la corriente reformista, periodistas y activistas, permanecen aún en prisión.

La mayoría están siendo juzgados en un proceso masivo en el que se les acusa de cargos como espionaje o conspiración para desencadenar una revolución de terciopelo en el país.

Diversos líderes políticos, entre los que se encuentra el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyaní, han pedido la liberación de todos los detenidos.

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