El cuento de nunca acabar, o más bien el techo de nunca acabar… de pagar. El Consejo de Ministros aprobó ayer una nueva subvención de dos millones de euros, del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores, con destino a la Fundación Onuart.
Esta institución, nacida para financiar la Sala de la Alianza de Civilizaciones del Palacio de la ONU en Ginebra, tiene la difícil misión de conseguir mantener la proporción entre gasto público y privado en un proyecto como el de la ya celebérrima cúpula de Barceló, que pasa de los 20 millones de euros y ha levantado hogueras de polémica. La obra se convirtió en paradigma de una caótica gestión cultural exterior.
Limitado al 40%
Explica Jesús García Calero en ABC que la proporción de la inversión prevista debería ser 40% de gasto público y 60% de dinero privado.
Y se cumplió al principio reuniendo a un sinfín de empresas e instituciones promotoras. Pero el gasto final, desorbitado, de este «capricho» colorista de nuestro Gobierno —pues la ONU pedía a España una intervención en la sala de sólo 4 millones de euros— no tiene más solución que ir cumpliendo los plazos de pago.
La recesión económica no ha venido a ayudar, precisamente, a las empresas deseosas de participar en el proyecto y cubrir los al menos 12 millones previstos de desembolso privado.
Además, la parte que corresponde al Gobierno arrancó con muy mal pie, puesto que en la financiación de la bóveda se empleó al menos una partida de los Fondos de Ayuda al Desarrollo.
Ello motivó un gran escándalo político, un feroz ruido mediático, y debates a cara de perro en el Parlamento, que a punto estuvieron de costarle una reprobación al ministro Miguel Ángel Moratinos.
Con las actuales dificultades de crédito, cuando las empresas españolas afrontan uno de los peores escenarios económicos, el dinero público viene una vez más a rescatar a la Fundación Onuart de sus problemas. Desde que en abril pasado se celebrara su junta, nada se ha sabido de nuevas aportaciones de dinero privado logradas por sus nuevos gestores.
Pero el Gobierno Zapatero ha aprovechado el último Consejo antes de las vacaciones para aprobar el gasto de dos millones de euros:
«Para contribuir a la financiación de los gastos derivados de la ingeniería y la intervención plástica» en el marco de una «política de potenciar los valores sociales y culturales españoles en el ámbito de las Naciones Unidas y de otros foros multilaterales».
