Los piratas del Playa de Bakio recibieron el rescate en el barco

La fragata española Méndez Núñez escolta al barco atunero Playa de Bakio rumbo a las islas Seychelles
La fragata española Méndez Núñez escolta al barco atunero Playa de Bakio rumbo a las islas Seychelles EFE

¿Quién pagó? ¿Quién llevó el dinero hasta el barco? ¿Qué hacía la fragata Méndez Núñez mientras tanto? El tema apesta y todo huele a que el Gobierno Zapatero, una vez más, ha optado por la genuflexión ante los chantajistas. Y todo ello, como decía anoche el presidente socialista en «59 Segundos», en aras de la bondad.

Los facinerosos cobraron en metálico y se repartieron el botín en la misma cubierta del atunero español. Así lo revela Karim Asry en El País, citando fuentes al tanto de las negociaciones con los corsarios somalíes.

Los piratas que secuestraron el Playa de Bakio y a sus 26 tripulantes durante seis días recibieron el dinero en bolsas de plástico en el buque.

Allí, los mandos superiores del grupo -compuesto por seis delincuentes- contaron el dinero, se embolsaron su parte y pagaron a cada uno de los piratas de menor rango con un fajo de billetes.

Las mismas fuentes no pudieron aclarar quién se encargó de llevar el efectivo al buque, si alguien de su propia organización o algún intermediario.

Tampoco trascendió la cantidad exacta ni quién la proporcionó. Fuentes somalíes aseguraron el pasado sábado que el rescate ascendió a 1,2 millones de dólares (casi 770.000 euros).

Poco después de cobrar, los secuestradores abandonaron el barco en lanchas y fueron perdidos de vista por la tripulación cuando iban rumbo a la costa de Somalia.

Los piratas tenían comunicaciones regulares con su gente en el exterior y estaban al tanto del revuelo mediático en torno al secuestro desatado en España. También se enteraron cuando la fragata Méndez Núñez se dirigía a la zona. Tenían a personas muy bien armadas en los puntos estratégicos del barco para evitar cualquier abordaje.

EL PABELLÓN POR LOS SUELOS

Como escribe Hermann Tertsch en ABC, es harto improbable que los piratas y terroristas que secuestraron el «Playa de Bakio» lo eligieran como objetivo precisamente por ser un barco español.

Especialmente porque los pesqueros vascos jamás llevan la bandera española cuando están en sus puertos y la inmensa mayoría tampoco cuando navega. En Bermeo, en Lequeitio, en Ondárroa o en Pasajes, las únicas banderas españolas son las que portan los veleros franceses, alemanes, daneses u holandeses que la izan junto a la bandera nacional propia al entrar en aguas españolas.

La ikurriña no impresionó mucho a los piratas somalíes. Al menos no tanto como las banderas rusa y japonesa, frecuentes por aquellos mares. Los barcos bajo estos dos pabellones bien altos gozan, se cuenta, de inmunidad a los ataques piratas.

Imponen respeto. Es probable que la francesa también sea ya recomendable después de la operación militar que concluyó con la muerte o captura y posterior traslado a Francia de todos los implicados en el secuestro del crucero «Le Ponant».

Por el contrario, los pesqueros españoles van a tener a partir de ahora más razones que la simple fobia abertzale antiespañola para no izar la enseña nacional.

Raro sería este mundo si un acto criminal pudiera concluir con la felicidad ilimitada de todos los implicados, víctimas y secuestradores, Gobiernos implicados y, sí se nos apura, las víctimas futuras de unos criminales hoy más ricos, poderosos y pertrechados que hace una semana.

EL PAPELÓN DE LOS PERIODISTAS

En este vergonzoso asunto -sonrojante para España como nación y estado democrático- están jugando un importante papel los periodistas. Abundan los ejemplos, sobre todo en las tertulias de radio y televisión, pero traemos aquí la cita que hace Santiago González en su blog:

Lean la presentación que La Vanguardia hacía anoche de la información sobre el Playa de Bakio:

Titular:
«El Patrón del atunero revela que les apuntaban con armas pero el trato era correcto».

Recuerdo un texto análogo del diario Deia en los primeros años 80. Daba cuenta de un atraco perpetrado por tres ‘yonkies’ con escopetas de cañones recortados. La pieza informativa describía el atraco y terminaba con estas palabras: «Después, los tres jóvenes, que no hicieron uso de la violencia en ningún momento. huyeron con un botín de 300.000 pesetas.»

La historia del periodismo español, y por ende, del vasco, está llena de primeras ruedas de prensa de secuestrados por ETA después de su liberación y de primeras preguntas como ésta:

«¿Qué tal le han tratado sus secuestradores?»

AHORA EL PARIPÉ DE LOS JUECES

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu llamará a declarar a los tripulantes del Playa de Bakio en cuanto se repongan, así como al armador, Pevasa, como testigos para investigar un delito de piratería universal, que entra dentro de sus competencias. El magistrado no descarta, aunque es prematuro, que la investigación incluya el pago del rescate.

A falta de que el Gobierno nos informe y deje de insultarnos con su ridículo cuento de la «operación diplomática», sólo tenemos dos hechos ciertos. El primero, del que nos alegramos todos, es que los marineros, libres e ilesos, llegan hoy a sus hogares.

El segundo, que a muchos parece no importar y alguno quiere ocultar, es que el acto de piratería ha sido un éxito avasallador. Sus autores se jactan de ello en las radios locales. El rescate casi triplica el cobrado hace un año por un inmenso portacontenedores de Taiwán.

Nuestra fama de generosos y poco problemáticos a la hora de acatar órdenes bajo amenazas se extiende. Nuestro talante, afable y nada rencoroso, puede ser pronto lugar común entre quienes se dedican a estas actividades osadas pero muy lucrativas y, si las víctimas son españoles, de bajo riesgo.

El respeto internacional de un país se gana en generaciones pero -ya ven- se puede dilapidar en una legislatura. Si te pierden el respeto en los foros internacionales la consecuencia es la irrelevancia. Si te lo pierden los matones, sean Gobiernos o bandas, se dispara el riesgo. El Gobierno ZP lo ha logrado. Curiosos guiños del devenir.

Se envolvió en la enseña nacional hace meses tras años de ridiculizar y difamar como «provocadores» o «crispadores» a quienes demandan su presencia en toda España como símbolo de la libertad frente al acoso nacionalista. Logrará que portarla por el mundo se convierta en riesgo mayor que pasearla por Ondárroa.

EL RELATO DE LOS SECUESTRADOS

Los secuestrados relataron a sus familias que los piratas les hacían recuentos nocturnos constantemente para evitar que alguno se fugara. No llegaban al maltrato físico y les dejaban dormir en los camarotes, pero a menudo les levantaban de la cama o les tiraban los cajones al suelo mientras buscaban algo de valor entre sus pertenencias, como cámaras o teléfonos móviles.

La tripulación del Playa de Bakio tiene previsto llegar hoy al puerto de Victoria, la capital de Seychelles, hacia las nueve de la mañana después de más de 70 horas de navegación desde el lugar del rescate en aguas somalíes, informa Natalia Junquera.

«Estamos todos muy bien, pero tenemos muchas ganas de llegar ya a casa, coger vacaciones y que nos remplacen otros», explicó ayer desde el atunero uno de los marineros.

Una vez en Victoria, se revisará el estado del barco, que fue asaltado a lanzagranadas, reponiendo lo que falta y relevando a la tripulación, aunque no toda. «Algunos de los marineros africanos quieren seguir pescando», añadió. Los que no, regresarán «lo antes posible» a casa en un avión militar.

Ayer, las familias de los liberados seguían eufóricas. Desde el pasado sábado, sólo reciben buenas noticias. «Están bien de salud, les han hecho un control médico y todo. Esto es mejor que ganar la lotería», contaba Ainhize Sesma, hija de Juan Pedro. «Les tendrán que poner guapos antes de mandarlos con nosotros», bromeó. Fátima, pareja de Jaime Candamil, declaró: «Ahora ya me come y me duerme tranquilamente, antes sólo tomaba café de los nervios».

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