La doble vara de medir del FBI a la hora perseguir a los polígamos

La doble vara de medir del FBI a la hora perseguir a los polígamos

(Debbie Schlussel/PD).-Bueno, en este caso, ninguno de los polígamos entra en el bar (tampoco es necesario de todas maneras) porque sus respectivas religiones prohíben el consumo de alcohol. Pero los dos polígamos del chiste son tratados de manera bastante diferente. Y todo está relacionado con la corrección política.

Estoy hablando del complejo de Texas que la semana pasada era registrado por las autoridades, y más de 400 menores recogidos y dispuestos en refugios o casas de acogida con las mujeres procedentes del complejo. La zona — habitada por los seguidores del grupo mormón radical de Warren Jeffs, la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos del Último Día — se informa estaba dominada por hombres con múltiples esposas, hombres que rondan los 50 años y aún mayores que mantenían relaciones sexuales con adolescentes.

Las informaciones de la prensa han afirmado que los menores, particularmente las chicas, deben ser «desprogramadas» de su religión, y que ésta es abusiva, polígama e inconsciente en su comportamiento «violador» hacia las jóvenes adolescentes. Ah, y llevan ropa modesta y nada llamativa. ¿Puede usted imaginarse a representantes del estado diciendo esto acerca de cierta religión que empieza por «I» y acaba por «m», con «s-l-a» entre medias?

Ahora, si la causa del estado sale adelante, cientos de menores serán dispuestos en casas de acogida en lo que podría ser un brutal ajuste cultural que puede precisar de tratamiento sicológico intensivo.

La tarea que tienen delante consiste en desprogramar a toda una comunidad.

El relato domina los informativos, al contrario que otra religión que hace lo mismo de manera regular en cantidades mucho mayores por toda América y por todo el mundo.

Mientras que convengo con todo eso — que el comportamiento y la conducta están mal — se puede decir exactamente lo mismo de otro complejo dominado por una religión fundamentalista cuyos hombres de mediana edad tienen múltiples esposas, tienen relaciones sexuales e hijos con mujeres menores de edad, y ellas están «programadas» para que se abuse de ellas. El complejo se llama «Dearbornistán» (Dearborn, Michigan) y la religión es el islam.

La única diferencia es que mientras el comportamiento de los polígamos vinculados con Jeffs es repugnante, sus 19 correligionarios no masacraron a 3.000 americanos y miles más no han intentado o tenido éxito con otros ataques. Y millones de sus correligionarios no profesan su amor a aquellos que instan a la destrucción de América.

De manera que, cuénteme, ¿dónde debería centrarse la atención del gobierno federal y el FBI… en la América islámica, o en la América mucho más reducida y menos amenazadora de Warren Jeffs? Ni siquiera han encontrado a la presunta menor de 16 años que movilizó a las fuerzas del orden y realizó la presunta denuncia.

Cuando las mujeres musulmanas, algunas de 12 años de edad y menores, tienen hijos con hombres de 50 años que tienen varias esposas, las autoridades se lavan las manos y dicen «es correcto porque ‘a los ojos de su mezquita’ están casados y esto es lo que se practica en su religión». En tiempos hubo un caso de violación ante la justicia que implicaba a una niña musulmana que había dado a luz en Michigan al hijo de un hombre musulmán varias décadas mayor. Pero ese fue el único resultado — el caso fue sobreseído porque «la comunidad afirma que es correcto». Y no ha habido en ningún caso más procesado en Michigan.

Dos religiones muy parecidas… dos tratos muy diferentes por parte de las legiones de agentes federales y los legisladores de las fuerzas del orden de las altas esferas. Yo sé quién necesita ser desprogramado y reprogramado, y no son solamente las menores de pelo largo y ropa de colegiala de Texas.

¿Cómo se pueden quitar de encima a las fuerzas del orden de los seguidores del culto de Jeffs? Yo empezaría por secuestrar unos cuantos aviones utilizando cúteres.

© 2008, Debbie Schlussel

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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