Argelia acosa a los cristianos

(PD).- Hace un par de meses, la paciencia del nuncio apostólico en Argelia, Thomas Yeh, y del arzobispo católico de Argel, Henri Tessier, llegó a su límite. Tomaron entonces una iniciativa sin precedentes desde la independencia, hace 45 años: organizaron una reunión con 15 embajadores occidentales en la nunciatura.

Cuenta Ignacio Cembrtero en El País que Yeh les entregó una larga lista de agravios y trabas padecidos por los cristianos desde la Semana Santa de 2006. El más grave es, según la Iglesia católica, un intento encubierto de expulsión hace nueve meses. Tras recibir una circular del Ministerio del Interior, las autoridades locales, a veces el mismo wali (gobernador), convocaron en mayo a sacerdotes y monjas para, en la mayoría de los casos, «pedirles que se marchen con urgencia» del país a causa de la amenaza de Al Qaeda.

En las grandes ciudades, como Argel y Orán, y en varios remotos lugares del desierto, sólo les solicitaron que extremaran la prudencia e «informen a la policía de sus desplazamientos». «Ninguno aceptó marcharse», recalca con orgullo el documento remitido a los embajadores.

La presencia católica en Argelia es más bien testimonial. Se resume a unos miles de fieles repartidos en cuatro diócesis -Argel, Orán, Constantina y Gharadia-, en 110 sacerdotes y monjes y 175 monjas apoyados por un centenar de laicos. Se les han añadido recientemente los protestantes evangélicos, que han logrado atraer a miles de argelinos.

En Argelia hay, según algunas estimaciones, entre 70.000 y 120.000 sobre un total de 33 millones de habitantes. «Si no nos fuimos a mediados de los noventa, cuando nos mataban como chinches -19 asesinatos en dos años-, ahora tampoco hay motivos para hacer las maletas», explica un religioso.

El arzobispo Tessier pidió en mayo audiencia con el ministro de Interior, Yazid Zerhouni, y consiguió que redactase una segunda circular que rectificaba en parte la primera, que hubiese provocado un éxodo. No siempre Interior ha actuado así. En diciembre de 2006, el presidente de la Iglesia protestante de Argelia, el pastor suizo Ueli Senhauser, se vio obligado a abandonar el país al no serle renovada su residencia. Las dificultades para la obtención de visados de entrada son cada vez mayores hasta el punto de que el arzobispo de Nîmes o la madre superiora de las Hermanas Blancas han renunciado a sus viajes.

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