Pablo Soto: «Las discográficas destruyen lo que no pueden asimilar»

Pablo Soto: «Las discográficas destruyen lo que no pueden asimilar»

José Rosado.- Una vez más, las discográficas intentan meter sus ambiciosas narices en la distribución de la cultura. «O estás en mi mercado o no estás», deben haber pensado estas empresas privadas antes de demandar a Pablo Soto, rey del P2P, por competencia desleal y reclamarle más de trece millones de euros por daños y perjuicios. De locos.

El sistema P2P permite el intercambio de archivos sin necesidad de servidores, que lo convierte en un modelo perfecto para la distribución de música con licencia copyleft. No así para Warner Music spain s.a., Universal Music Spain, Emi Music Spain, Sony BMG Music Entertainment y Promusicae, que han decidido cerrarle el grifo con una demanda que no es más que un aviso para navegantes.

Soto lo tiene muy claro; «el objetivo no es que yo les indemnice con 13 millones», explica, «responde a una estrategia para asimilar el mercado y, aquello que no lo pueden asimilar lo destruyen».

Con sólo 27 años, Pablo Soto se puede enorgullecer de ser el creador de los principales software para el intercambio de datos en nuestro país, como Blubster y Omemo. Por eso no se explica como, siendo una empresa dedicada al I+D, ha recibido este tipo de demanda.

Dicen que es competencia desleal, pero nosotros somos una empresa tecnológica que en absoluto queremos competir con ellos; para empezar porque su negocio es rancio y el nuestro es de futuro.

«Plantean que tenemos un entramado», asegura, «pero lo cierto es que tenemos total transparencia, diez empleados, estamos al día con todos los impuestos… Ellos quieren dar el campanazo, ponernos a nosotros como piratas y que el siguiente se lo piense antes de lanzar un producto que puedan permitir nuevos canales de distribución de música».

Según aclara Soto, los creadores del copyleft «necesitan este tipo de herramientas» para poder distribuir su música «porque no acceden a los canales de distribución controlados por estas cuatro empresas».

Es más, algunos de esos músicos de copyleft no han grabado porque estas empresas les han rechazado. Ahora esta acción responde a que ‘no te vamos a grabar, ni te vamos a distribuir pero tampoco queremos que lo distribuyas por otros cauces’.

Para ello, y según cuenta el propio Soto, llegaron a ponerle un detective privado para que se hiciera pasar por un cliente y así realizar sus indagaciones y grabarles con cámaras y micrófonos ocultos.

Ahora quieren enterrarnos en documentación para que sea muy difícil reaccionar. La suerte que tenemos es el equipo de gente que tenemos que estamos muy motivados y estamos convencidos que lo sacaremos para adelante.

Reconoce que «no le apetece» el trabajo que dará esta demanda, «pero alguien tiene que hacerlo». «Hace falta que llegue al Supremo y que quede constancia de que innovar, a pesar de que haya empresas perjudicadas porque no lo han inventado ellos, es importante y es uno de los pilares de que avancemos», concluye.

Ellos han conseguido monopolizar la industria del entretenimiento, pero la cultura está cada vez más lejos de eso. El movimiento de software libre, de música con licencia de copyleft es imparable y esto tiene una estrategia destructiva. Nos quieren pintar como delincuentes, pero no paro de recibir apoyos ya que la gente sabe que la cultura la defendemos así.

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