El calor va asomando y siempre es una buena opción de ocio echar un rato frente al televisor trasnochando con una buena película o, como más se va estilando en los últimos tiempos, marcándose un buen maratón de series.
Ni soñar podría sir Arthur Conan Doyle cuando creó en 1887 a Sherlock Holmes que en pleno siglo XXI su personaje, ya más que convertido en el investigador más célebre de la literatura y también del cine, iba a tomar el protagonismo que ya tiene en el mundo de las series. Ni soñar podría su autor, ya que estamos, que su creación pudiese exhibirse en medios que él nunca llegó a conocer o imaginar, y de imaginación no andaba precisamente escaso…
La primera película de Holmes, El perro de los Baskerville, se rodó allá a lo lejos en 1939 (hasta 2006 había unas 24 versiones fílmicas de la novela The Hound of the Baskervilles) y el mito no ha parado de repetirse en infinidad de formatos hasta verlo con el rostro de Robert Downey Jr. o en forma de dibujos animados infantiles.
Las dos posibles citas veraniego-seriéfilas con el sagaz olfato británico que proponemos hoy, las últimas en triunfar en la pequeña pantalla, son Sherlock y Elementary, dos versiones muy distintas con un significativo punto en común: la simbiosis del personaje con un entorno actual y tecnológico, toda una revolución para la mayoría de los lectores incondicionales entrados en años. Renovarse o morir, que dirían otros a la ligera, porque viendo lo visto, Sherlock Holmes es de difícil caída en el olvido.
La primera de las series mencionadas supuso la brillante unión en 2010 del tándem Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, justo antes de que ambos asaltasen por separado y con tronío el estrellato. El proyecto pertenece a la BBC, y los excelentes resultados tanto por calidad como por popularidad han hecho que un total de 13 episodios con duración de largometraje, dosificados en cuatro temporadas, haya llegado hasta el día de hoy aún en marcha. La complicada agenda de sus intérpretes hace que haya que esperar bastante tiempo entre temporadas, pero el terapéutico interés de ambos por reunirse bajo la piel de Holmes (Cumberbatch) y su incondicional Watson (Freeman), junto a la legión de fieles seguidores, la mantienen activa. El escenario de esta moderna revisión del mito es el de un Londres contemporáneo que integra convencional investigación con mensajes de teléfono móvil y referencias al espectador en primera persona. Elaboradísimo guión, grandes actuaciones y personajes principales y secundarios muy bien trazados se combinan en el éxito británico que tiene ya su hueco en los favoritos de siempre de muchos espectadores entre los que me incluyo.
De la mano de la estadounidense CBS llega Elementary, otra visión moderna de Sherlock Holmes sin las cotas de calidad de la anterior pero innegable capacidad de entretener al personal con capítulos más o menos autoconclusivos estándar de unos 40 minutos. También ambientada en la actualidad, pero en Nueva York, Sherlock (Jonny Lee Miller) acaba de superar un severo régimen de desintoxicación de drogas y alcohol (siempre ha sido una característica que ha ido unida a su personalidad, llámese opio, llámese como se quiera). Le mantiene económicamente su padre rico (apariciones estelares del gran John Noble), y le cuida, claro está, Watson. Pero aquí está lo más original de la serie: Watson no es doctor, sino doctora. Se trata de una mujer asiática interpretada por Lucy Liu, y ambos mantendrán un eterno tira y afloja emocional, a veces compañero-compañera, a veces amigo-amiga, más que interesante teniendo en cuenta el arrogante y gélido carácter del personaje principal.
Precedidos de muchas otras versiones y continuados a buen seguro de otras tantas más, estos dos ejemplos de evolución son un buen par de posibilidades para llevarse a las retinas que les recomendamos especialmente si se encuentran ociosos…
