Cuando en La amenaza fantasma se retomó la historia galáctica más famosa del cine, se enganchó con su maquinaria publicitaria a generaciones que no habían crecido con Star Wars e hicieron soltar la lagrimilla de aquellos seguidores que pensaban que nunca verían las clásicas fanfarrias y las letras del comienzo diciendo algo nuevo que no se supieran de memoria. Sin embargo, los resultados a grandes rasgos de los episodios I a III no estuvieron a la altura de la saga, con la salvedad de unos efectos digitales que se adecuan mucho más a las posibilidades que ofrece este mundo interestelar desbordante de imaginación. Pero luego Disney compró la franquicia y, como es lógico, fue para atreverse a relatar los acontecimientos posteriores a El retorno del jedi. Osados y adinerados ellos, han contado con J. J. Abrams y su sello inconfundible como director, un valor seguro demostrado entre otros proyectos por su labor en la archirival saga trekkie, para contentar esta vez a la mayoría y colocar en el disparadero a jedis, soldados de asalto, androides, aventuras y muchas palomitas para gorrino regocijo de todo tipo de públicos. Y a fe mía que lo han conseguido.
Han pasado también tres décadas en la historia: Luke Skywalker anda enfurruñado y ha desaparecido y la ahora general Leia y el resto de los rebeldes lo buscan, al igual que aquellos que han surgido de las cenizas del terrible Imperio. La aventura está servida.
Abrams cuenta para el estreno más esperado del año, la década o la Historia, según lo trascendentes que nos pongamos, con la novedad de protagonistas inéditos introducidos para reconducir la trama y a los que ponen rostro Daisy Ridley, John Boyega y Oscar Isaac entre otros; pero el gran atractivo sin lugar a dudas es la aparición de los legendarios Luke (Mark Hamill), Leia (Carrie Fisher), Han Solo (Harrison Ford llega justito ya de edad, pero sigue teniendo ese toque que hace al personaje irresistible), Chewacca, R2D2 o C3PO. Tan solo ¿falta? Darth Vader para que el éxtasis sea no apto para corazones delicados.
El guión esta vez sí que da lo que promete. Pero se queda ahí, andando con pies de plomo a la hora de asumir riesgos innecesarios con giros radicales. Podemos decir que la esperanzadora nueva ola de Star Wars vuelve a contar algo que ya nos suena, con los pros y los contras que eso conlleva. Aparte, es innegablemente adictiva, altamente divertida y posee además de los citados personajes todos los demás elementos necesarios para la comunión intergeneracional: enemigo poderoso (Adam Driver interpreta a Kylo Ren) que se mira en el espejo del inimitable Vader, épica a raudales, equilibrio entre luz y oscuridad, mucha acción, efectos visuales cautivadores, un nuevo androide, todo expresividad, que nos ha ganado, y la banda sonora de John Williams, aun siendo cierto que no está a su mejor nivel. ¿Se puede pedir más? Para gustos los colores, y seguro que habrá puristas que no se contenten con nada porque lo que quieren no existe, pero Star Wars vuelve a estar en forma y la Fuerza nos acompaña de nuevo. Encantado me hallo…
Dirección: J. J. Abrams. Título original: Star Wars: The Force awakens. País: USA. Duración: 135 min. Género: Acción, ciencia-ficción, aventuras. Intérpretes: Daisy Ridley (Rey), Mark Hamill (Luke Skywalker), Carrie Fisher (Leia), Harrison Ford (Han Solo), Oscar Isaac (Poe Dameron), Adam Driver (Kylo Ren), Gwendoline Christie (Capitán Phasma), Peter Mayhew (Chewbacca), Domhnall Gleeson (General Hux), John Boyega (Finn), Anthony Daniels (C-3PO), Kenny Baker (R2-D2), Lupita Nyong’o (Maz Kanata), Andy Serkis (Líder Supremo Snoke), Max von Sydow (Lor San Tekka). Guión: J.J. Abrams, Lawrence Kasdan y Michael Arndt; basado en los personajes creados por George Lucas. Música: John Williams. Fotografía: Daniel Mindel. Estreno en España: 18 Diciembre 2015.
