Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Alien: ¿el huevo o el bicho?

Sitúense en 1979. En una oscura sala de cine rodeado de desconocidos, preparados para ver esa película del inquietante cartel de un huevo radiactivo y de título más inquietante aún. ¿Quién fue primero, el huevo o el alien?, que reza el dicho popular. ¿O no era así? El caso es que, volviéndonos a situar, en esa época la mercadotecnia y la publicidad que ahora en ocasiones aporta más información de la debida eran otra cosa, y aún se podía jugar hasta cierto punto con el factor sorpresa. Añadamos un proyecto millonario bien ideado, una atmósfera espacial claustrofóbica dentro de una nave con un aterrador enemigo nunca visto en el cine. Sitúense los más jóvenes y comprenderán el impacto de Alien, convirtiéndose casi de inmediato en una integrante del género “cine de culto”, mucho más allá de ambientación o argumento…

Se cumplen nada menos que 35 años del estreno de la cinta que causó pesadillas por todo el mundo, esa obra maestra de un Ridley Scott en sus orígenes; un director de los considerados “buenos sin llevarse las manos a la cabeza” en lo que a oficio se refiere pero, eso sí, un genio de imaginación desbordante y habilidad infinita para plasmar escenarios tecnológicos, un tipo que sabe sacar el mayor partido a un generoso presupuesto. A su hoy ya dilatada carrera me remito.

Aquel “octavo pasajero” en los países hispanohablantes (alguien se olvidó de contar al gato, y no está precisamente de atrezo) se cuela en una nave de carga (otro de los detalles de originalidad de la obra) y usa el elevado intelecto y su estructura corporal de máquina de matar para eso mismo. Uno por uno, como mandan los cánones. Como curiosidad, mencionemos que el reparto va muriendo por estricto orden de lo conocidos que eran en el mundo del cine. Así podemos deducir que Sigourney Weaver no había hecho antes en la gran pantalla más que una pequeña incursión en calidad de secundaria. Pero su físico y personalidad encajaban a la perfección: buena labor de casting.

Hoy, cuando se nos menciona el término “terror psicológico”, pensamos automáticamente como emblema del mismo en esta película en la que uno no podía ni imaginarse que ese pene con dientes que salía del pecho del primer oficial y que crecía demasiado rápido iba a dar para un Oscar (Mejores Efectos Visuales), tres secuelas (Aliens, Alien 3 y Alien Resurrection), dos crossovers (Alien vs. Predator, Alien vs. Predator: Réquiem), una precuela (Prometheus), y toda una franquicia de novelas, cómics y merchandising que sigue funcionando con rumbo fijo. Ridley Scott y su equipazo lograron una película que, a pesar de enmarcarse en el futuro, no pasa de moda; aunque, a fin de cuentas, qué diría alguien a quien se le llamase viejo con 35 años… Pues eso, como el buen cine.

Dirección: Ridley Scott. Año: 1979. Duración: 116min. País: Estados Unidos. Género: Ciencia ficción/ terror. Intérpretes: Sigourney Weaver (Ripley), John Hurt (Kane), Yaphet Kotto (Parker), Tom Skerritt (Dallas), Veronica Cartwright (Lambert), Harry Dean Stanton (Brett), Ian Holm (Ash), Bolaji Badejo (Alien). Guión: Dan O’Bannon. Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Dereck Vanlint & Denys Ayling. Productora: 20th Century Fox / Brandywine Productions.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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