Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Transcendence: miedos

El miedo es un poderoso instrumento que condiciona al ser humano desde lo más profundo, y como tal es también un recurso de ese reflejo de nuestros oscuros secretos que es a veces el cine. Todo un clásico ya en este ámbito es el tema de las máquinas poniendo en peligro el dominio del legendario mal criterio de la Humanidad sobre la Tierra (a uno se le viene a botepronto Matrix a la cabeza, pero la trilogía de los Wachowski solo es la punta del iceberg), y este collage veraniego sobre nanotecnología y sobrevivir a tu propia muerte (si clásico es lo del miedo, qué decir de este en concreto…) es un, y por desgracia nada más, ejemplo más de la larga lista que podríamos elaborar.

El proyecto viene acompañado de la marca registrada de Christopher Nolan y con un reparto de lujo con habituales del realizador de Origen o la trilogía de Batman, como Morgan «Presencia» Freeman o Cillian Murphy, y poderosos refuerzos al plantel como Johnny Depp, Rebecca Hall, Kate Mara o Paul Bettany. Pero lo tramposo de esta película reside precisamente en lo expuesto: el lustroso reparto tiene muy poco con lo que lucirse, con personajes desganados desde la elaboración del guión, y si no fuera por el gancho comercial sus papeles igualmente podrían haber sido encargados a profesionales menos reputados. Por otro lado realizamos un servicio público al dejar clara constancia de que lo que Nolan tiene que ver con esta cinta es estrictamente logística de producción y gancho mediático (cuando existe tanto «gancho» alrededor de un proyecto, es señal de necesidad o inseguridad; mal asunto en cualquiera de los casos).

En lo referente a una historia que comienza interesando bastante y se va desinflando poco a poco, diluyéndose entre la mezcolanza de géneros e inverosímiles detalles que sacan de contexto más de lo que puedan estructurar la narración, el personaje de Depp es un científico con cerebro privilegiado y muy buen gusto para las mujeres que logra burlar el mayor miedo de las personas, pero más allá de esto, es capaz de tomar el control de voluntades, sanidad, armas, gobiernos e incluso mentes, y todo ello sin despeinarse demasiado gracias a un par de esos detalles que antes decíamos que no se cree nadie y la todopoderosa Red.

Deliberadamente reservado para el final de esta reseña está el hecho de desvelar el verdadero nombre firmante de todo el tinglado, que no es otro que Wally Pfister, habitual director de fotografía de Christopher Nolan metido a director y que, al menos de momento, va a pasar de puntillas en el cada vez más extendido desempeño cineasta del «yo me lo guiso, yo me lo como». Y ya puestos a quitar máscaras sin rubor, no nos libraremos del aroma metafísico que desemboca en moraleja de escena final. Para bien o para mal, esa atmósfera marca de la casa sí la encontrarán los que vayan a ver esta cinta con mono de cine de Nolan. Habrá que conformarse de momento con eso…

Dirección: Wally Pfister. Países: Reino Unido, China y USA. Duración: 119 min. Género: Ciencia-ficción, drama. Intérpretes: Johnny Depp (Will Caster), Paul Bettany (Max Waters), Morgan Freeman (Joseph Tagger), Rebecca Hall (Evelyn Caster), Kate Mara (Bree), Cillian Murphy (agente Buchanan), Cole Hauser (coronel Stevens), Clifton Collins Jr. (Martin). Guión: Jack Paglen. Producción: Broderick Johnson y Andrew A. Kosove. Producción ejecutiva: Christopher Nolan, Emma Thomas y Dan Mintz. Música: Mychael Danna. Fotografía: Jess Hall. Montaje: David Rosenbloom. Diseño de producción: Chris Seagers. Vestuario: George L. Little.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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