La palabra inglesa “fake” quiere decir “falso” o “falsificación”. Cuando la utilizamos en el argot informático se convierte en una expresión especialmente desagradable, porque se suele utilizar –en inglés porque en Estados Unidos nació el término y por aquello de la globalización de la Red- para denominar algún tipo de descarga (de cualquier índole, que nadie me acuse de pirata) que realmente no es aquello que dice ser; normalmente fruto de la mala intención de desalmados que pretenden que te descargues un virus o fruto de la estrategia de las productoras o distribuidoras cinematográficas, que falsean sus propias películas para colgarlas vía Internet y molestar a todo aquel que pretende ver la obra antes de tiempo y sin pasar por taquilla. Justo, lícito o comprensible (aquí tenemos un largo e interesante debate para otra ocasión), el caso es que hasta hace bien poco la dichosa palabreja ha sido siempre sinónimo de hacer la puñeta al personal.
Pero no todas las falsificaciones tienen siempre por qué ser malas por definición, y la prueba la tenemos en la, cuando menos, interesante, iniciativa que han tenido un puñado de irreductibles sabios cinematográficos españoles, que se resisten a la sequía creativa que asola buena parte del mundo del sétimo arte, -que por cada “remake” (otra desagradable palabreja inglesa) que se hace, pierde los puntos ganados en otros tiempos para hacerse llamar así-. Teaserland es nada menos que un festival de cine modesto pero fresco, inteligente y necesario. Se trata de rodar trailers originales de películas que no existen (sí, como suena, esto último es fundamental) de no más de minuto y medio, y enviarlos a una página web creada para el evento. Así de primeras parece una simple broma simpática, pero los premios son reales y lo que se busca con la propuesta no es echarnos unas risas o comprobar el aburrimiento de la gente que tiene una cámara y no sabe qué hacer con ella, sino algo muchísimo más útil.
Dicho festival, que dará a conocer ganador a finales de septiembre de este año (tienen mucho material que ver) e incluso expondrán la obra del mismo en la gran pantalla, busca talentos (reconocidos o latentes) que no pueden permitirse o no se han planteado hacer una película y destapan sus buenas ideas en forma de gancho publicitario de un trabajo que no ha sido rodado (y que bien podría rodarse al asomar la cabeza de esta forma). También es una manera de buscar ideas nuevas para posibles compras de los derechos, y que nadie descarte que una de las próximas cintas de Jaume Balagueró haya pasado primero por el final, por el trailer promocional. Precisamente el realizador de la exitosa REC es miembro del jurado de Teaserland, además de autor invitado, fuera de concurso y con carácter promocional, de un trailer falso llamado El Exorcista V. Otros directores de renombre como Raúl García (El lince perdido), J.A. Bayona (El orfanato), Isabel Coixet (Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras), Jaime Rosales (La soledad, Las horas), José Corbacho (Tapas, Cobardes) o Enrique Urbizu (Todo por la pasta, La caja 507) forman parte de los colaboradores de relumbrón que han arrimado el hombro con su aportación en forma de trailer de película inexistente para que se difunda la iniciativa. Lo mejor de casa, como pueden comprobar.
Añadir que el jurado de Teaserland, además de por Balagueró, está compuesto por nombres igualmente conocidos dentro del cine patrio como los de Ángel Sala, director del Festival de Sitges, la productora Esther García o los críticos Mirito Torreiro, Gregorio Belinchón o Jaume Figueras. Tal lista es argumento indiscutible de que no tratamos con la idea peregrina de un adolescente aburrido, sino con algo serio y con visos de continuidad. ¡Viva la creatividad!, aunque sea de mentira.
