Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

United Cruise

La cantidad de sandeces (también llamadas extravagancias para suavizar) que rodean el día a día de Tom Cruise es, como todos saben, ilimitada; van desde el rumor a la estupidez crónica, pasando por las múltiples apariciones televisivas luciendo la misma histérica sobreactuación que frecuenta en sus trabajos para el cine. Pero, aunque suene absurdo, teniendo en cuenta que estamos hablando del máximo emblema de la Iglesia de la Cienciología, al menos en lo que concierne a lo estrictamente profesional, hay que admitir que siempre ha sido un tipo listo. Lleva casi treinta años en el candelero de una u otra forma, ha sido nominado al Oscar -como premio a sus “excesos ante la cámara”, pero eso es otro tema distinto-, ha amasado más pasta que un cocinero italiano y, no contento con todo ello, hace dos que está al frente (dirigiendo y como copropietario) de la mítica productora United Artists.

Quién iba a decir en 1919 a los fundadores de la compañía (entre ellos Charles Chaplin) las vueltas que la vida iba a darle a su retoño artístico-empresarial, al principio con la intención de distribuir (siempre ha sido un gran negocio), después también como productora. Para que uno se haga idea de su relevancia en el mundo del cine, sólo hay que mencionar que hay que asociarle proyectos de la talla de El gran dictador, Duelo al sol, Días sin huella, El juicio de Nuremberg, ¿Vencedores o vencidos? o las sagas de Rocky y James Bond de entre una lista enorme de títulos que han dejado su nombre bien grabado. El naufragio absoluto en 1980 de la superproducción La puerta del cielo, de Michael Cimino, agrava la crisis financiera que ya sufría desde hace tiempo United Artists y tiene como resultado la quiebra, acontecimiento que puso en bandeja a Metro Goldwing Mayer la compra y conversión de la primera en una filial subsidiaria para distintos experimentos y demás zarandajas arriesgadas.

En 2006, Tom Cruise aparece en escena junto a su socia Paula Wagner, y llega a un acuerdo con MGM para hacerse cargo de la dirección de United Artists, según el cual, además de dirigir el estudio interpretará/protagonizará determinadas películas como ya ha hecho con Leones por Corderos –con Meryl Streep y Robert Redfor, fracaso de taquilla, por cierto- y Valkyria, que reproduce el intento de asesinato que sufrió Hitler en 1944 y que aún no hemos tenido oportunidad de ver por los cines.

La idea de Cruise es la de aplacar con este tipo de trabajos su mala conciencia de actor dentro de una máquina de plástico que hace demasiada bazofia taquillera al año, centrando su atención en una faceta menos comercial, con papeles que requieren algo más. Así, este tipo de proyectos siguen el espíritu que siempre tuvo la compañía, Cruise contribuye con su nombre a relanzarla, lava su imagen, deteriorada con demasiadas estupideces personales en los últimos años, y arriesga lo justo, ya que el dinero para los susodichos proyectos son cosa de varios inversores. Todo el mundo gana. Lo dicho: un tipo listo.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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