1.- Me humillo delante de ti. Nada siento, nada veo, pero sí me encuentro en paz delante de ti. Y de vez en cuando brota en mi alma un afecto, un acto de adoración.

2.- Ahora pongo en tus manos a estas personas que me piden ayuda de oraciones.

3.- Te pido por los obispos a quienes escribo. Me cuesta hacerlo.

4.- Dadme el don de consejo para influir en ellos. Virgen María, que seas nuestra salvación.

5.- Mis pasiones son menores que en mi juventud, y no me apartan tanto de ti, pero todavía no consigo concentrarme en tu amor.

José María Lorenzo Amelibia

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