Estamos seguros de que, si no existiera esta ley del celibato, no se darían estos escándalos clericales. La represión continua, sin compensarla con una profunda vida interior, aboca en anomalías sexuales patológicas. Estos mismos sacerdotes, si hubieran estado casados, con toda seguridad no habrían caído en tales aberraciones.
Hemos llegado a situaciones tan inconcebibles como ésta: En los Países Bajos existe desde mayo de 1995 un número de teléfono especial para denunciar casos de abuso sexual cometidos por clérigos. El organismo "Ayuda y Derecho" que investiga las quejas, fue creado por la Conferencia Episcopal de aquella nación. Al lado de este organismo existe también, desde hace cinco años, la fundación "Inter Iglesias" contra el abuso sexual en relaciones pastorales. Esta fundación ha recibido centenares de quejas. Pero se cree que no se dedica la debida atención al sufrimiento de las víctimas, y son a veces demasiado leales con los pastores denunciados. Y se da el caso de personas víctimas por segunda vez. Da la impresión de que se prefiere dar consuelo más que administrar justicia.
En Australia también han tomado medidas. Los obispos han elaborado un código severo de conducta para sacerdotes, a fin de restringir el frecuente abuso sexual por parte de clérigos. Así los sacerdotes no pueden estar a solas con niños. También han llegado a colocar confesonarios de vidrio.
El párroco Rik Devillé ha publicado unos libros críticos sobre la Iglesia y la violación por parte de ésta de los derechos humanos. Dice que se trataba de abuso sexual cometido en sesenta y dos casos por parte de eclesiásticos.
Jasón Berry en su libro comprueba que entre 1982 y 1992 hubo en su país cuatrocientas acusaciones de abuso sexual de niños. La Iglesia de Estados Unidos ha pagado hasta ahora más de 650 millones de dólares por indemnización.
Burket y Bruni, los dos autores de otro libro sobre el tema, sin llegar a acusar a la Iglesia, afirman que las exigencias del sacerdocio y la estructura jerárquica impuesta por Roma, fomentan un clima que está lleno de peligros para los jóvenes. Es un libro fascinante, plagado de anécdotas inolvidables de abusos individuales y encubrimiento institucional.
Ideas tomadas de La revista de nuestra federación, "Ministerium novum", que ha publicado un informe documentado sobre el abuso sexual de sacerdotes. Recoge el estudio trece casos sonados de Irlanda, Países Bajos, Bélgica, Australia, Estados Unidos y Austria.
José María Lorenzo Amelibia
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Martes, 19 de febrero