Bosé cierra el «Papitour» por todo lo alto en México

Bosé cierra el "Papitour" por todo lo alto en México

Miguel Bosé cerró anoche por todo lo alto su gira «Papitour» en la capital mexicana, arropado en las tablas por amigos como Paulina Rubio y Alejandro Fernández y ante 50.000 mexicanos que lo veneraron como a un dios durante tres horas.

Bosé, impecable, salió impetuoso al escenario como un poderoso galeón y embistió al público con dos sonoros cañonazos, «Amante bandido» y «Nena», a las que siguió otra potente salva, «Sevilla».

«Gracias por todo lo que me habéis dado estos treinta años», se emocionó, mientras se despojaba del elegante traje hasta quedar en mangas de camisa.

El cantante sacó entonces su lado más íntimo y propuso al público «volver al primer día» en el que sus destinos se cruzaron. Sentado en un entarimado, acompañado sólo por el sonido del piano, desgranó temas como «Amiga» desde lo más hondo de su corazón.

La primera estrella invitada de la noche fue uno de los grandes rompecorazones de la escena mexicana, Alejandro Fernández, «El Potrillo», que entonó a dúo un «Te amaré» que arrancó suspiros del graderío.

Llegó después el turno de Sasha Sokol, de la banda Timbiriche -el referente musical de millones de mexicanos que crecieron al mismo tiempo que el grupo al que pertenecían Paulina Rubio y Thalía- para lanzar al éter «Si tu no vuelves».

Bimba Bosé apareció de la nada, con un corto vestido que desafiaba el intenso frío de la noche y una flor blanca entre los dientes, y revoloteó, revoltosa, al ritmo de «Como un lobo».

«¡Te queremos, Miguel», gritó el Potrillo en su segunda intervención, con «Olvídame tú», e instó al público a que demostrara al español todo el cariño que le profesa México.

El momento más esperado de la noche era la profetizada llegada de Paulina Rubio para cantar «Nena». Como predecían las apuestas, la «Chica dorada» llegó contoneando sus largas piernas desde un lado del escenario y jugó a seducir a Bosé.

La pareja artística se despidió con un beso en los labios y un «Te amo, Miguel».

La joven promesa mexicana Ximena Sariñana, de 23 años, cantó «Este mundo va», sentada en las escaleras al lado del cantante, con cara de no creerse que tenía delante a un mito de la música hispana que la mimaba como un padre y se declaraba su rendido admirador.

El Timbiriche Benny Ibarra fue otro de los invitados de honor con «Si puedo volverte a ver», en la recta final del concierto, antes de que todos los invitados salieran juntos a saludar y Bosé quedase sólo ante el público para ofrecer con gallardía su «hasta luego».

«Forastero» y «Manos vacías» prepararon el camino para el clímax: «Don diablo» y, de nuevo, un potente «Amante Bandido» que demostró que el público seguía con energía, a pesar del frío y lo prolongado de la actuación.

El «Papitour» concluía así, glorioso, tras un año y medio y decenas de conciertos por toda Iberoamérica, para festejar los 30 años que el artista lleva enamorando sobre los escenarios con su garganta de plata y su mirada canalla.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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