Cómo negociar y ganar

(PD).- Cómo negociar y ganar… Compañeros de trabajo, jefe, pareja, hijos, amigos… Si tienes la sensación de que siempre les entregas más de lo que recibes y no te sientes a gusto con este desequilibrio en las relaciones, aún estás a tiempo de aprender las reglas de oro de una buena negociación, que garantice tu satisfacción.

— ¿Necesitas un aumento de sueldo? ¿Ha llegado la hora de repartir las tareas domésticas de manera más equitativa en la familia? Llegar a un acuerdo equilibrado cuando existe un conflicto de intereses no siempre es fácil.

— Para serenar tus emociones y no cometer errores a raíz de la impulsividad, piensa que tu rival no es un enemigo con el cual debes luchar sino una persona con quien tienes que llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos.

— Si tienes alguna duda sobre cualquier aspecto de la negociación y deseas consultarlo, pide un aplazamiento. Antes de aceptar cualquier acuerdo, debes tener el convencimiento de que la decisión tomada es la más favorable para ti.

“La mejor victoria es aquella en la que ganan todos”, señala un viejo proverbio oriental, tan sabio como difícil de poner en práctica. Al menos hay que intentarlo, porque una solución sin rencores es la mejor vacuna contra futuros problemas y tensiones.

Llegar a un acuerdo equilibrado cuando existe un conflicto de intereses no siempre es un asunto fácil. Más aún cuando el “rival” con el que hay que negociar es una persona cercana, con lo cual las emociones suelen nublar la sensatez y el raciocinio.

¿Necesitas un aumento de sueldo? ¿Debes ponerte de acuerdo con un compañero de trabajo respecto de las fechas de las vacaciones? ¿Ha llegado la hora de repartir las tareas domésticas de manera más equitativa entre todos los miembros de la familia? ¿Deseas mejorar tus negocios con tus clientes y proveedores?

Estas y muchas otras situaciones en las que debes defender tus puntos de vista, intereses y necesidades ante los demás, pueden abordarse con éxito, si sigues unas sencillas pautas que están orientadas a negociar y triunfar:

— Para serenar tus emociones y no cometer errores a raíz de la impulsividad, piensa que tu rival no es un enemigo con el cual debes luchar sino una persona con quien tienes que llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos.

— Reflexiona cuidadosamente sobre cuál es tu objetivo, porque si no lo tienes claro, difícilmente se lo podrás trasmitir a los demás. ¡Aquel que no sabe lo que quiere, finalmente acaba haciendo lo que no quiere! ¡Tras la indecisión, la frustración!.

— Una vez que tengas claro tu objetivo, establece tus prioridades y los límites hasta los cuáles puedes ceder.

— Evita tanto mantenerte a la defensiva, como intentar imponerte a tu adversario. Se trata de dos personas que están negociando porque tienen ideas o intereses diferentes. No tienen porque haber vencedores y vencidos.

— Elabora un guión con tus opiniones y puntos de vista, y reúne toda la documentación que pueda ser relevante para respaldar tus argumentos y peticiones.

— Procura actuar con seguridad y confianza, mantener una actitud positiva y un trato amable, desde el comienzo de la negociación. Ocurra lo que ocurra, siempre es importante mantener la calma, porque “el que rompe la baraja, pierde la partida”.

— Intenta informarte sobre las necesidades, intereses, objetivos y prioridades y margen de maniobra de la otra parte.

— Habla poco y escucha mucho. De esa manera tendrás más posibilidades de saber como piensa, qué quiere y cómo valora las cosas tu interlocutor. Intenta comprender su postura y pídele todas las aclaraciones necesarias, cuando no entiendas algo.

— Si tienes alguna duda sobre cualquier aspecto de la negociación y deseas consultarlo, pide un aplazamiento y tómate el tiempo necesario. La precipitación y la urgencia son los grandes enemigos de un buen acuerdo.

— A medida que se avanza en el convenio, cada una de las partes debe analizar las propuestas que marcaron el punto de partida e ir planteando acercamientos. Ante la posibilidad de que tu idea inicial sea rechazada, debes tener en mente una propuesta alternativa, para seguir progresando.

— Antes de aceptar cualquier acuerdo, debes tener el convencimiento de que la decisión tomada es la más favorable para ti y te hace sentir a gusto. Evita firmar algo que no te convenza.

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