Bruce Willis no es muy amigo de los paparazzi, y si no que se lo pregunten a los reporteros que le seguían sin descanso durante la tarde de ayer, mientras iba de compras con sus hijas en una exclusiva zona de Beverly Hills, según cuenta la web DailyStab.
El actor advirtió varias veces a los paparazzis, diciéndoles que se estaban acercando demasiado a él y a sus hijas, y finalmente, descargó su ira, insultando a los “perseguidores” y vertiendo una botella de agua en uno de los coches que le seguían.
Desde siempre, Willis ha sido muy protector con sus hijas, Rumer, Tallulah y Scout, y no soporta que nadie las fotografíe o acose.