No es de extrañar que algunos que se suben a la ola en todas las protestas, en su afán por desestabilizar al sistema, para poder imponer el suyo luego, y sus propagandistas, se sumen a las protestas de los jubilados por el incesante deterioro de las pensiones.
Puesto que estamos acostumbrados a que las pensiones paguen el IRPF podemos pensar que siempre ha sido así, pero eso no es verdad.
Dicen que este ex ministro griego es muy brillante, pero lo que es palpable es que su adscripción a una corriente política similar a Podemos le impide discurrir correctamente. Eso se desprende del reportaje que han hecho en El País de su último libro.
El día 3 de octubre cientos de empleados de banca, fanáticos, abandonaron sus puestos de trabajo y salieron a la calle a manifestar su odio a España y los españoles.
Seguramente es cierto que la economía catalana representa la quinta parte de España, pero no lo es que si Cataluña se independiza España perderá esa quinta parte.
Todo llega y la hora de pagar no iba a ser menos. Pero sorprende que se esté haciendo una colecta entre todos -piden diez euros a cada uno- para pagar la multa que se les impuso a unos delincuentes.
En los años 80 pudo sobrevivir por sí mismo y sin ayuda a la mala gestión de su equipo directivo, que había arriesgado mucho en el mercado inmobiliario. Se destituyó al presidente del Consejo de Administración y se nombró para el cargo al que había sido el vicepresidente, como si no tuviera nada que ver con lo anterior.
Para los afectados por la dichosa cláusula que imponían los bancos la noticia es buenísima y hay que darles la enhorabuena. Para el resto de los españoles es muy mala, porque en España los bancos siempre ganan.
Presume don Montoro de que ningún deporte o equipo escapa al control de la Agencia Tributaria. Eso ya la sabemos todos. No se nos escapa a ninguno que a Hacienda no se le escapa nada que no quiera que se le escape.
Dicen los políticos que no es que conviertan la política en su profesión, por más que algunos no hayan trabajado jamás en ninguna otra cosa, sino que tienen vocación de servir a los ciudadanos y a ese menester se entregan con todas sus fuerzas.
Supongamos que los vecinos de un inmueble en su Junta de Propietarios anual han de decidir qué empresa se ha encargar de la limpieza de las zonas comunes entre las ofertas que les han llegado.
O sea, no es que el Banco de España, ni tampoco el ministerio de Economía, no controlaran adecuadamente los riesgos en los que estaban incurriendo los bancos y las cajas de ahorros al concentrar tantos riesgos en el sector de la construcción, sino que Guindos aterrorizó a los mercados.
Martes, 19 de febrero