Errores de la Transición

Fueron varios y muy notables los errores que se cometieron en aquel periodo inicial nuestra tan ansiada y finalmente lograda democracia. El más grave, a mi juicio, fue el considerar como demócratas a los nacionalistas, que, por definición, no pueden serlo, puesto que no aspiran a gobernar para el pueblo, sino a gobernar al pueblo.
El segundo grave error fue el de limitar la pena máxima de cárcel a 30 años y establecer que ha de estar orientada a la reinserción. Con la cadena perpetua nos habríamos ahorrado muchos atentados, muchos ridículos y sería menor el número de personas que habría optado por la vileza, porque los homenajes a los etarras no habrían tenido sentido. En cualquier caso, la reinserción habría que reservarla sólo para aquellos que quieren y pueden ser reinsertados.
Lógicamente, sin los nacionalismos, o con los nacionalismos reducidos al papel que tenían entonces, no habría habido terrorismo y de haberlo se le habría liquidado enseguida. La cadena perpetua habría ayudado mucho.
Estos políticos tan bien intencionados y que pretenden no ser sino parecer más demócratas que nadie acaban perjudicando a la mayoría.
Como consecuencia de esos errores y también de la indiferencia de las masas, que sólo quieren pan y circo, vivimos tiempos en que hordas de impresentables pueblan el Parlamento, caraduras de toda laya viven del Presupuesto y no desde ahora, sino desde los mismos principios de la democracia, las víctimas del terrorismo son manipuladas, pisoteadas, traicionadas, a los etarras encarcelados se les trata con guante blanco y hasta se les dan permisos, a otros etarras autores de atentados ni se les busca, y una persona tan admirable como Consuelo Ordóñez no obtiene el reconocimiento que merece, y Covite, que es lo más sano que hay en España, ni siquiera tiene los mil suscriptores, a diez euros cada uno, que necesita para sobrevivir.
Consuelo Ordóñez tenía el porvenir resuelto en San Sebastián, hasta que ETA se lo arruinó. Covite es la asociación que lucha por evitar que España caiga en la ignominia.
Puedo presumir y presumo de haber dado un litro y cuarto de médula ósea, de cien bolsas de sangre y de ser suscriptor de Covite.


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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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