La anécdota de Hermann Tertsch

Cabe atribuirles a aquellos que fueron comunistas en su juventud, y luego dejaron de serlo, un sincero deseo de mejorar la sociedad.
Llega un momento en que se dan cuenta de que han equivocado el camino y abandonan el partido. A otros, en este punto, los echan, como le ocurrió a Albert Camus. ¿Y qué hay de los que se quedan? Pues ahí están, no hay más que verlos. Han ido a parar a ese sumidero que es Podemos, ese partido que vitorea a delincuentes y etarras y que monta un circo cada vez que puede. Garzón podría servir como ejemplo de botarate.
En el caso de los socialistas la cosa es algo diferente. Son muchos los que optan por este partido, pero no porque deseen mejorar la sociedad, sino como autojustificación, para creerse buenos, o para ser aceptados en ciertos ambientes de su interés. Esto se nota en su comportamiento, indudablemente sectario. Pueden despotricar contra Zapatero o Snchz, pero luego les votan. No perciben que Felipe González no estuviera al nivel del cometido que le fue encomendado, siendo así que estuvo muy por debajo, sino que incluso lo ven como un referente o un estadista. Cuando un partido está sostenido por gente sectaria pierde muchas posibilidades. Una de ellas es la de no poder ver la guerra civil española y los motivos que la desencadenaron sin prejuicios y con espíritu científico. Muchos de estos sectarios, cuando se dan cuenta de que el PSOE no les sirve para creerse buenos, caen en Podemos, con lo que demuestran que no es la bondad lo que pretenden.
Hermann Tertsch fue uno de estos comunistas que luego dejaron de serlo y sobre estas cosas que se analizan con tanta carga de prejuicios va la anécdota que cuenta en su artículo ‘Orfebres de la mentira’: “Javier Pradera solía decirme, aludiendo a nuestra común, remota y breve militancia comunista: «Qué suerte, Hermann, que no ganaran los nuestros»”.

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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