Condenar el franquismo

Vivimos en democracia, lo cual significa el repudio tácito de cualquier forma de dictadura. El franquismo fue una dictadura y nadie debería desear vivir una experiencia similar, aunque hay formaciones políticas en España que tienden hacia el absolutismo.
A pesar de lo anterior, parece que haya que condenar el franquismo todos los días, a lo que habría que responder que esos cojones en Despeñaperros.
Alguno ha dicho que durante el franquismo no podíamos hacer nada, porque la dictadura nos tenía maniatados. Esa es una manera como cualquier otra de quitarse las pulgas de encima. Durante el franquismo se podía renunciar a los cargos. Aceptar un cargo en cualquier empresa, pública o privada, era aceptar el soborno. Si una mayoría hubiera renunciado a los cargos el franquismo no habría podido sobrevivir. Así que a estas alturas la cuestión consiste en no hacer el ridículo.
Y además de esa cuestión tan infantil como inútil hay otra bola que se intenta colar, confiando en el desinterés de la mayoría. Se intenta presentar la guerra civil como una contienda entre democracia y dictadura, cosa que es absolutamente falsa. En pugna estaban dictadura de derechas y dictadura de izquierdas.
El carácter español, forjado a través de absolutismos y dictaduras, es imperativo. Con el tiempo cambiará, pero por ahora es así. Incluso nuestra democracia actual es una dictadura encubierta de los partidos. Fue la izquierda española, concretamente el PSOE, la que acabó con la poca independencia que tenía el Poder Judicial, sin la cual no puede haber democracia.
Ha sido la izquierda española la que ha generado esperpentos como Podemos, Bildu, ERC, Compromís, etc., todos ellos, juntos o por separado, muy peligrosos para cualquier sistema democrático.
La derecha española también ha generado esperpentos como el PNV o CiU, muy autoritarios ambos y caldo de cultivo en el que surgieron ETA y Terra Lliure.
Da pena ver que en el PSOE está postergado un Borrell que suele ganar todos los debates y manda un Snchz que es humillado una y otra vez por Iglesias. Quizá esto explique tanta chorrada.
http://www.aranyaeditorial.com/tienda/yo-estoy-loco
http://www.aranyaeditorial.com/tienda/black-shirt
http://www.aranyaeditorial.com/tienda/1978
‘Paris-Austerlitz’
‘Internet negro’
‘Manual de insultos para políticos’
‘Los hombres que susurran a las máquinas’
‘Al pie de una pared sin puerta’

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

Lo más leído