Más de uno habrá sentido la lógica tentación de comparar la reacción de Hollande ante los brutales atentados que ha sufrido su país con los de Rajoy en circunstancias también difíciles.
Pero es que el presidente de Francia, sea Hollande o cualquier otro no puede actuar de otro modo. La opinión pública francesa no admitiría otra cosa.
En España las cosas cambian. Dani Mateo echó la culpa a Estados Unidos y dice que por su culpa estamos en guerra. Había expectación para ver qué opina Willy Toledo sobre el caso y tal sujeto tampoco defraudó: «Hagamos un poco de memoria sobre la implicación del Gobierno de Francia, y muy especialmente de su actual Presidente, el señor Hollande, en lo sucedido en Siria, y la relación que todo ello tiene con la matanza de ayer. Tal vez ayude a encontrar y señalar a los verdaderos y últimos responsables de tanta brutalidad.» Bea Talegón lanzó un tuit que rezaba así: «La derecha hoy más encendida que nunca busca venganza y más sangre. Los perfiles de redes sociales (trolls) están intentando generar opinión.» Rubén Sánchez, apuntó al ministro de Asuntos Exteriores: «Margallo aprovecha la ocasión para atemorizar a la población.» El catalanista Javier Sala Martín lanzó un tuit en catalán que no hay por dónde coger. Realmente, el nacionalismo es una enfermedad quizá incurable. José Luis Centella, en línea con todos los anteriores: «En estos momentos solo se me ocurre una cosa desde el dolor, la solidaridad con las víctima (sic) y la indignación LA OTAN TAMBIÉN ES CULPABLE.»
O sea que en este rincón del mundo todavía llamado España desde que se murió Franco ha proliferado esa funesta manía de pensar y cada uno opina lo que quiere y no como en Francia, en donde rige el pensamiento único y todos condenan los atentados (nótese la ironía).
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