La anterior alcaldesa de Madrid, Ana Botella, soltó en el ya célebre discurso suyo aquello de «There is nothing quite like a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor», y la red se llenó de pullas y bromas.
El caso es que el discurso se lo preparó un estadounidense, Terrence Burns, que explicó pronto a la opinión pública que el responsable era él y nada de esto freno el carrusel de burlas. Ha tenido que ser otro estadounidense, John Julius Reel, el que en un artículo publicado por La Opinión de Málaga, con el título ‘¿Qué pinto yo entre Luis Bárcenas y Ana Botella’, explique lo siguiente: La frase, «There …» acierta al máximo. «Café con leche» no tiene traducción al inglés. Los hay que siguen haciendo el ridículo burlándose de ella por este asunto.
Lo de la alcaldesa actual, Manuela Carmena, es mucho más gordo. No da risa, sino vergüenza. La alcaldesa de la capital de España comportándose como una patana. Eso de decirle a un señor: “perdona, es que no sé cómo te llamas.” ¿Por qué ese menosprecio? ¿Por qué ese tuteo? Como Manuela Carmena puede comportarse como se le antoje, e incluso rascarse en público si lo desea. Como alcaldesa de Madrid debería cuidar las formas. Ahora se puede decir que Ana Botella es infinitamente más educada y señorial que Manuela Carmena. E incluso que el ayuntamiento de Madrid ha bajado en calidad democrática, puesto que el gesto de la alcaldesa es un alarde de prepotencia, una evidente falta de respeto al Otro. Quien no le caiga bien ya sabe lo que espera. Al tal Zapata seguro que lo trata mejor.
Pero lo peor de esta señora que ha llegado a la alcaldía de la mano de los podemitas es aquello de que “quienes deberían estar en la cárcel son los terroristas de verdad”. Las víctimas del terrorismo tuvieron que estremecerse de espanto al leer eso. Y ahí está, como alcaldesa de Madrid.
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