El cese de Torres-Dulce

La dimisión del fiscal general del Estado no es sino otro episodio más de la larga serie de despropósitos con que nos viene obsequiando la democracia española.
No podía ser de otra manera, puesto que entre quienes la forjaron sólo había un demócrata de verdad, Adolfo Suárez; y precisamente a él se le negaba la condición de demócrata por parte de los demás.
No podían reconocerlo como demócrata, puesto que ellos sólo lo eran de apariencia. Militar en este o aquel partido, o haberse opuesto a Franco cuando éste estaba ya en su ocaso, no convierte a nadie en demócrata, sino que para serlo hace falta tener convicciones profundas. Las que demostró tener Adolfo Suárez, que corrió riesgos desde el mismo momento en que fue nombrado presidente por traer y defender la democracia. Pero no tenía suficiente formación, ni tampoco apoyos, ni siquiera en su partido, y le colaron muchos goles. Uno de ellos fue el de no establecer desde el principio la independencia del fiscal general del Estado. Ni tampoco la total independencia del Poder Judicial.
Nos habríamos ahorrado muchos bochornos de haberlo hecho así. Sin embargo, cabe la sospecha de que unos pocos se han podido beneficiar de este estado de cosas.
Si el fiscal general y el Poder Judicial fueran independientes no se habrían podido dar los casos de Pujol, Millet, Bárcenas, Gürtel, EREs, Filesa, etc.
Dicen que al gobierno le molestó que Torres-Dulce tardara en presentar la querella contra Mas, y a mí me parece que estuvo mal que tardara, pero me parece mucho más importante todavía dejar que el fiscal actúe como crea conveniente, aunque se pueda equivocar.
El gobierno de Rajoy trata de tenerlo todo controlado, pero lo que hay al final es un callejón sin salida. Este sistema está muerto, porque nació viciado. Adolfo Suárez también ha muerto, sin poder perdonar a quienes le traicionaron, porque ya no estaba en condiciones de escuchar sus peticiones de perdón. Y quienes pretenden cambiar la Constitución son capaces de empeorarla. Y Rajoy no es ningún héroe.
Molestia Aparte II
‘Conceptos de inteligencia’
‘El paraje de Las Brujas’
‘Teoría General de la Evolución Condicionada de la Vida’
‘Escucho otra Cadencia en mi Memoria’
‘Dos veces bueno’
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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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