Cospedal no ve tanta corrupción

Dice que la preocupación de los ciudadanos por la corrupción ha crecido, y en esto acierta a medias. Porque si fuera cierto eso no se decantarían por soluciones tan estrambóticas y peligrosas como las que propone Podemos.
Si la preocupación de los ciudadanos por la corrupción fuera real no habríamos llegado a la situación en que estamos. Todo nace del mismo sitio, que no es otro que la falta de costumbres democráticas de los españoles, lo que hace que se cuele como democracia lo que no lo es.
Pero Cospedal debería saberlo. Dados los cargos que tiene su obligación consiste en conocer la realidad. El respeto a los ciudadanos que le pagan el sueldo, o los sueldos, debería impulsarle a decir la verdad y no a tratar de negar la evidencia. La corrupción campa a sus anchas por el suelo español porque el sistema es corrupto en sí mismo. El día en que haya verdadera separación de poderes, el día en que la prensa no dependa de los poderes políticos será cuando habrá esa poca corrupción que reconoce Cospedal. El hecho de que los diputados voten lo que les mandan en el partido y no lo que les dicta su conciencia (suponiendo que la tienen) es un acto corrupto en sí mismo (esto habría que explicárselo también a Zapatero, que lo entiende totalmente al revés; en España, obedecer a los que mandan es ser responsable y buena persona).
El hecho de que se trate de utilizar a las víctimas del terrorismo con fines políticos es un acto corrupto y miserable. El hecho de que se intente desprestigiar y dinamitar desde dentro a Covite, una asociación de víctimas del terrorismo porque no se deja manipular es indecente.
En España queda mucho camino por recorrer hacia la democracia, y la corrupción y los nacionalismos son dos de sus mayores enemigos.
Cuando Cospedal propugne la separación de poderes será creíble.
Molestia Aparte II
‘Conceptos de inteligencia’
‘El paraje de Las Brujas’
‘Teoría General de la Evolución Condicionada de la Vida’
‘Escucho otra Cadencia en mi Memoria’
‘Dos veces bueno’
‘Cantar de Mío Cid’
‘Mauthausen, después’

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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