El motivo ya es conocido por muchos. En el libro de Pilar Urbano, que, dicho sea de paso, está obteniendo un gran éxito de ventas, titulado La gran desmemoria, se dice que COVITE fue un grupo terrorista de extrema derecha que actuó en los tiempos de la Transición.
A la vista de tamaño infundio es obvio que la demanda estaba servida. La metedura de pata de Pilar Urbano es considerable y llama la atención que la editorial no se hubiera percatado antes de publicar el libro.
Hoy en día es muy fácil hacer las comprobaciones pertinentes. Basta con teclear las siglas del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, para que aparezca su web, en la que figuran distintos modos de ponerse en contacto con la asociación. Pero es que hay otro apartado, cuyo título es Historia, en el que se puede leer que COVITE nació en noviembre de 1998. Exactamente lo mismo dice la wikipedia. Hay otro apartado en la web cuyo título es Organigrama en el cual se puede comprobar que la presidenta es Consuelo Ordóñez. A la vista de todos estos datos resulta evidente la falta de delicadeza de la escritora, cuyo fervor religioso es conocido, y de la editorial. Yo aún no he visto que Pilar Urbano o Planeta hayan pedido disculpas y prometido corregir el garrafal error en sucesivas ediciones.
Resulta curioso que en el título del libro figure la palabra desmemoria y en su confección, al menos en este punto, se recurra no a la memoria, sino al invento puro y duro, sin tener en cuenta lo doloroso que puede resultar para las víctimas del terrorismo que se las acuse de incurrir en lo mismo de lo que se quejan.
COVITE necesita y merece el apoyo de toda la sociedad, puesto que sus actividades benefician a todos, y esta señora tan católica incita a lo contrario. No sé lo que pensará su confesor.
‘El eco de la palabra’
‘Las lunas de Miles Davis’
‘Dragoste y Los finales y los sueños’
‘Yo soy el hijo de Franco’
‘¡Abajo las armas!’
‘El amor no es un verso libre’
‘Figuraciones mías’
‘Fuga y contrapunto’
