Lo de la hija de Fabra

En Castellón distinguen entre Fabra el bueno y Fabra el malo, aunque creo que sería más apropiado conocerlos como el malo y el peor. El sistema político que padecemos en España esconde una trampa diabólica, puesto que se llama democracia y no lo es. Una de las pruebas de eso es la permanencia de Carlos Fabra en sus cargos políticos.
Este personaje debería haber dimitido hace mucho tiempo, o haber sido destituido, porque su presencia no aporta más que descrédito a las instituciones en las que está. Y , sin embargo, persiste en sus cargos y lo hace con una actitud que induce a pensar que si no lo despachan es porque no pueden. Y todos son conscientes de eso. Y los contribuyentes no podemos hacer nada, puesto que todo se decide en las cúpulas de los partidos.
Son los partidos los que deciden quienes van en las listas y quienes se quedan, y a muchos de estos últimos, para compensarles, les colocan en organismos que también están a cargo del contribuyente y que sólo sirven para eso. Si los políticos respetaran a los contribuyentes no quedaría ninguno. Pero como no ordene Merkel que los supriman, van a durar.
Lo de Carlos Fabra con la justicia tiene su miga, puesto su juicio, o juicios, llevan y años, mientras los encargados van cambiando uno tras otro, y los hay que piden amparo al CGPJ.
Y a pesar de todo sigue en el partido y mantiene sus cargos y es tal su poder que impuso a su hija en las listas. La idoneidad de la hija para el puesto ha salido a relucir, y una vez que ha ocurrido esto, el responsable de las listas de Castellón, por respeto a los votantes, debería haber dimitido inmediatamente. Ha ocurrido lo de siempre en esta que llaman democracia nuestra. Su partido ha salido a defender, institucionalmente a Andrea Fabra. Como cuando Leire Pajín dijo aquello del encuentro sideral, en cuyo momento debió ser apartada de la política, dada su evidente falta de capacidad. Y ahí sigue.
Y a los contribuyentes nos queda la opción de pagar. Bueno, no a todos. Hay contribuyentes que no pagan lo que deben.
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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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