Olvídate ¡casi! de las arrugas. Quizá también de las ojeras. Puede que hasta debas olvidarte de los cosméticos y maquillajes. Lo que no debes olvidar es la flacidez. Ese es el verdadero caballo de batalla.
La piel se cae: no lo pierdas de vista. Nos hace tener un gesto triste. Sin gracia. ¿La buena noticia? ¡Es fácil solucionarlo!
Cuidados expetos, pero ojo, al alcance de todos, llegan para hacernos recuperar el rostro fresco de una cara descansada y jugosa.
Desvelamos los secretos con la Doctora Lidia Díaz Méndez, Directora de la Clínica Armonía
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