Bourguignon abrió sus puertas en Madrid en la calle en Almagro en 1930, pero su historia con las flores comenzó en los años 1800 en Rotterdam, Holanda, donde Juan Bourguignon se inspiró para abrir la primera boutique de flores de calidad y diseño en Madrid.
En los años 30, Juan Bourguignon se posicionó rápidamente como una referencia y no sólo ayudó a desarrollar el arte floral, sino que también ayudó a mucha gente a escapar del terror durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, tal y como recalca el libro y próximamente podremos ver en la serie ‘El Tiempo Entre Costuras’.
Después de la guerra, Bourguignon se convirtió en la mejor floristería no solo entre los madrileños, sino también a escala nacional y durante los años 60 funda junto con otros miembros ‘Interflora España’. Durante los años ’70 abrió su segunda tienda en la calle Ramón y Cajal 1, seguida de su Centro de Jardinería en Arturo Soria (Glorieta de Pilar Miró s/n).
A finales de los ‘70 sus dos hijos, David y Peter continuaron con el legado. Desde entonces las floristerías Bourguignon han seguido la misma filosofía: ser el punto de referencia de calidad y diseño del arte floral que Juan Bourguignon comenzó en los años 30. Un legado que, desde sus comienzos en Holanda, se ha transmitido a lo largo de varias generaciones.
El Corte Inglés de Castellana y su nuevo espacio Gourmet Experience, se han convertido en una referencia y Bourguignon quería formar parte de ella junto a grandes firmas y restaurantes que buscan ofrecer la máxima calidad. Con una filosofía escandinava, alemana y holandesa, Bourguignon ha diseñado un espacio inspirado en las grandes floristerías de Noruega y Dinamarca. El resultado: una boutique que integra la flor con sus colores y sus olores. Un espacio en el que el público pueda admirar las flores, tocarlas y adentrarse así en la cultura floral. Un lugar donde aprender lo mucho que se puede expresar a través del lenguaje de las flores.
