Zapatero fríe a la clase media con más impuestos

Zapatero fríe a la clase media con más impuestos

Una vez más, los españoles pagan las improvisaciones y mentiras de un Zapatero que no tiene un verdadero plan económico para enfrentarse a la crisis. Ahora se le ha caído la careta con una medida que apunta a esquilmar aún más los bolsillos de las rentas medias (aunque él diga que esta subida de impuestos la pagarán los ricos), una medida que no ataja el despilfarro de las arcas públicas y que desincentivará la inversión y el consumo.

Como recordaba lanacion.es, en una entrevista a la periodista de Cuatro, Concha García Campoy, Zapatero, descartaba nuevas subidas de impuestos. Lo hacía después de que el Consejo de Ministros acordara el incremento de los impuestos al tabaco. «No va a haber más subidas de impuestos», enfatizó, horas después de que el líder del PP, Mariano Rajoy, le preguntara al efecto durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. Pese a la contundencia de la respuesta de Zapatero, el ministro de Fomento, José Blanco, insinuó hoy una inminente de subida de impuestos. [VEA EL VÍDEO DE LA ENTREVISTA EN CUATRO]

La clase media será la pagana de la crisis. El presidente del Gobierno confirmó ayer lo que ya era algo cantado desde que José Blanco, la semana pasada, y la vicepresidenta Salgado, este mismo miércoles, lo insinuaran: habrá subida de impuestos. Zapatero intentó restar importancia a una medida tan impopular advirtiendo que el incremento será «limitado» y «temporal», lo cual es no decir nada porque todas las medidas lo son y como ya sentenció Benjamín Franklin «En esta vida no hay nada cierto, salvo la muerte y los impuestos».

Encarecer la tributación del capital, como recuerda Expansión, a los que más tienen, quizá pueda tener fácil acomodo en la retórica populista con la que el Gobierno está afrontando la crisis –ahí están los recurrentes reproches a la banca y a los empresarios–, pero constituye un arma de doble filo que podría derivar en una indeseada fuga del ahorro hacia otros países con una fiscalidad mucho más competitiva. Eso no haría ningún bien a la economía española.

En su editorial, El Mundo cree que es evidente que el Gobierno trata de edulcorar una iniciativa que será un trago muy amargo para miles de familias. «Ya advertimos que el Estado no podía seguir endeudándose y que había que poner freno al alocado gasto público de Zapatero. Porque una cosa es hacerse cargo de la cobertura social de los parados en época de crisis y otra disparar con pólvora de rey con ocurrencias como la de los 400 euros, el cheque bebé o el escandaloso acuerdo de financiación autonómica para pagar apoyos políticos. Zapatero ha endeudado al Estado hasta límites insoportables y el déficit público marcará a final de año un registro histórico en el entorno del 10%. El Pacto de Estabilidad de la UE obliga a que los países no superen el 3% en 2012».

ABC, en su editorial, también sacude a ZP y le recuerda que mintió descaradamente cuando prometía que no aumentaría las cargas fiscales: «Después de que semanas atrás Zapatero negara que su Gobierno fuera a incrementar los impuestos, ahora ha rectificado sin rubor alguno, sin abrir un debate profundo sobre otras alternativas viables y haciendo oídos sordos a las múltiples voces que desaconsejan un aumento de la presión fiscal como remedio útil para combatir una recesión profunda».

Lo subrayaba Carmen Tomás en la sección Opinión de PD: «La subida de impuestos será el regalito envenenado que todos nos comeremos por no haber adoptado a tiempo las medidas que requería la situación de crisis primero y de recesión después que vive España desde hace prácticamente dos años. Un incremento impositivo que desgraciadamente sólo tapará agujeros porque el dinero seguirá yéndose por los sumideros de las subvenciones y de los planes absurdos». Lo malo es que desincentivará la inversión y el consumo.

A la hora de la verdad, quienes van a salir perdiendo son las personas con renta media o media-alta, puesto que es mucho más fácil, rápido y seguro para el Fisco controlar y recaudar el dinero de aquellos trabajadores que cobran una nómina. Estamos hablando de una nueva vuelta de tuerca a economías que ya han tenido que apretarse el cinturón y que están lastradas en muchos casos por obligaciones, como el pago de una hipoteca.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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