ETA: esta vez todo ha sido distinto…

ETA: esta vez todo ha sido distinto...

(PD).- Esta vez ha sido distinto a otras. Esta vez, la unidad entre todos los partidos políticos ha sido total, sin fisuras. La oposición ha estado al lado del Gobierno, no ha hecho política con el terrorismo, y el Gobierno ha reconocido claramente, como viene insistiendo la oposición, que lucha por la derrota de ETA y que no hay ninguna puerta abierta a la negociación.

Subraya José Oneto en La Estrella Digital que esta vez, y ha sido la primera, el Parlamento vasco, sin la presencia del brazo político de la banda en los escaños, ha condenado sin matizaciones a quienes quieren la destrucción de Euskadi con una independencia imposible.

Esta vez, no se han celebrado los funerales de forma rápida y casi en la clandestinidad por un servidor del orden público… Esta vez la repulsa ha sido unánime y unitaria.

Esta vez un lehendakari se ha puesto al frente de la manifestación y del sentir del pueblo vasco y ha asegurado que el único camino para terminar con ETA es la aplicación del Estado de derecho y la cárcel.

Esta vez, hasta la televisión pública vasca, que cuando habla de meteorología sitúa a España en el extranjero, ha transmitido en directo la manifestación de Bilbao y ha analizado, en un debate, las circunstancias de uno de los atentados más crueles que se han producido en el País Vasco… el del inspector de la Policía Nacional, adscrito a la Brigada de Información de Vizcaya y responsable de seguimiento de miembros de ETA, Eduardo Antonio Puelles, nacido en el País Vasco, criado en Baracaldo y residente en el municipio vizcaíno de Arrigorriaga.

Esta vez no sólo ha caído un policía, ha caído, según ha repetido en todos los actos oficiales el lehendakari Patxi López, «uno de los nuestros». No una víctima de ETA como recordaba su hermano Josu, ertzaina de profesión, sino un «héroe» que ha combatido a ETA, alguien que ha dedicado toda su vida a luchar por la libertad de los demás, porque en el País Vasco sea posible un día posible la paz. «Mi hermano es un héroe de las libertades no una víctima del terrorismo. Y si alguien quiere ponerlo en euskera es un gudari, un gudari, nagusi (un soldado, un gran soldado).

Viendo el sábado la transmisión en directo de la manifestación de Bilbao en la ETB, la televisión que durante años le ha hecho el juego al PNV y a su sentido de la equidistancia, y de la ambigüedad, uno sentía que muchas cosas estaban empezando a cambiar en el País Vasco.

Ver y oír las hermosas palabras del lehendakari, su claro compromiso de terminar con ETA, su denuncia de los chivatos del fascismo, su llamada a que los vacos se pongan en pie para decirle a ETA que nunca van a conseguir nada, porque no se va a ceder a su chantaje, su anuncio del tiempo que se abre en el que nadie tenga que ocultar que es ertzaiana, o policía a su vecino, en el que nadie tenga que callar sus opiniones por miedo, en el que nadie tenga que bajar la voz para decir lo que piensa por temor a que le escuchen.

Algo que nunca se había oído en boca de un lehendakari y trasmitido, además, por una televisión que, hasta ahora, ha estado en manos de los nacionalistas y de los que se refugian en el «conflicto vasco» para no condenar una locura que dura ya cincuenta años.

Y en el mismo acto, contemplar la figura valiente de la esposa y de los hijos del policía quemado vivo, dirigiéndose a los asesinos para decirles que sólo han conseguido dejar a dos huérfanos y a una viuda. Nada más. Porque hay mucha gente como Eduardo Puelles dispuestos a ir a por ellos.

Sin duda, esta vez ha sido distinta a otras y, como el asesinato de Miguel Ángel Blanco en el verano de hace diez años, el asesinato de Eduardo Antonio Puelles abre una nueva etapa en la lucha contra ETA.

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