El ministro de Fomento ha acudido al programa de Buenafuente, en La Sexta. Allí ha contado anécdotas, ha vendido sus «socavones» del AVE y ha hecho campaña. Sin cortarse un pelo. En tono de humor, ha metido el dedo en el ojo de Mayor Oreja y Vidal-Quadras, ha vapuleado a los del PP y, entre bromas, ha dejado: «Probablemente en casa de los de derechas no hay desempleados». A Buenafuente le ha gustado esta frase. ¿No es hiriente para los millones de votantes de españoles que se hayan decantado por votar al PP? Humor progre.
Ha comenzando recordando una historieta del primer día que llegó al Ministerio que ahora dirige:
Voy a contar una anécdota. El primer día, cuando llegué al Ministerio, me bajaba del coche, me abrieron la puerta y sale una persona muy amable, y me coge el maletín y me lo lleva cien metros. Yo pregunté: ¿pero esto es siempre así? Y me dijeron: es su papel. Yo dije: pero yo no necesito una persona para llevar esto. Y la persona me dice: pero es mi trabajo, no me deje sin trabajo, en este momento que hay el problema del paro.
Pero le tranquilizó:
No se preocupe, no le voy a dejar sin trabajo.
¿No es esta broma un poco de caciques de toda la vida? A Buenafuente se le escapa y no replica por ahí.
Después ha pasado ya ha meterse con los dirigentes populares:
Ahora están compitiendo Alejo Vidal-Quadras y Mayor Oreja a ver cuál de los dos está más a la derecha. Lo cual es bastante complicado. Y yo, cuando les escucho hablar de la Iglesia, del aborto, de los abusos a menores, yo siempre pienso: estos dos se equivocaron de elecciones, tendrían que ser candidatos a la Conferencia Episcopal pero no al Parlamento Europeo.
Buenafuente: «Claro, claro. Bien pensado, bien pensado«.
Y ha seguido Pepiño Blanco:
La derecha tiene una mala costumbre que es que quieren que nadie controle sus negocios y ellos quieren controlar nuestras vidas.
Pero no sólo ha atacado a los cargos del PP. Ha ido también a los votantes:
Probablemente en casa de los de derechas no hay desempleados.
«Está bien esta frase«, le contesta Andreu Buenafuente.
¿Qué habrán pensando los millones de personas que ahora están buscando un trabajo y no lo encuentren pero que -legítimamente- se sientan más cercanos a los postulados del Partido Popular? ¿Habrán captado la broma? Pues a Buenafuente le gusta.
