La era Feijóo arranca con tijeretazo en el gasto y un recado a Pepiño Blanco

(RD).- En su discurso de investidura, el nuevo presidente gallego tuvo un gesto cortés con el socialista Pérez Touriño, reiteró su compromiso de adelgazar un 40% su Gobierno y mandó un recado a José blanco, nuevo ministro de Fomento de ZP.

«El de hoy es el momento más importante de mi vida». Así arrancaba en el Parlamento gallego Alberto Núñez Feijóo el discurso que antecederá a su proclamación como presidente de la Xunta, prevista para el jueves.

El futuro presidente gallego basó su intervención en tres pilares: economía -por encima de lo demás-, autogobierno y bienestar. Incluso tuvo palabras de reconocimiento hacia su antecesor, el socialista Emilio Pérez Touriño, por su trabajo en favor de Galicia. «No venimos a derrumbar lo que hicieron bien los dirigentes anteriores», remachó.

Núñez Feijóo se comprometió a aprobar un plan de infraestructuras con horizonte de ejecución 2015 en el que «estará incluida la totalidad de las actuaciones previstas en el Plan Galicia», que se pondrán en servicio «antes de 2013» en lo que se refiere a las competencias autonómicas.

De esta forma, recuperará el Plan Galicia, que aprobó el Gobierno de José María Aznar tras la catástrofe del Prestige en 2002, cuando gobernaba Manuel Fraga en la Xunta, y que el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero sustituyó por el Plan Estatal de Infraestructuras y Transporte (PEIT).

El líder de los populares gallegos también avanzó que el nuevo gobierno autonómico gestionará la transferencia de la titularidad de las autopistas del Atlántico (AP-9) y del tramo Santiago-Dozón de la vía que une la capital gallega con Ourense. A mayores, en el caso de la AP-9 el Ejecutivo llevará a cabo una «reformulación total de su diseño».

Para apostar «de una forma definitiva por el desarrollo coordinado del transporte público de calidad y eficaz», el nuevo Gobierno creará un Consorcio de Transportes de Galicia, que estará integrado por la Xunta, los ayuntamientos y el propio Ministerio de Fomento.

Precisamente, al departamento estatal que ahora dirige el lucense José Blanco se refirió Núñez Feijóo para avisar de que la Xunta del PPdeG «no será cómplice de más atrasos» de las infraestructuras con Galicia. Con todo, saludó el cambio de manos en la cartera estatal y comprometió «lealtad con un calendario realista de la ejecución de las infraestructuras en el que se incluya la inversión presupuestada para Galicia y no gastada en los últimos años del Gobierno socialista».

«Es necesaria la cooperación», continuó, y subrayó que pedirá al nuevo ministro que, en cumplimiento de sendas mociones aprobadas por el Congreso y el Parlamento gallego, «convoque la subcomisión de infraestructuras en el seno de la Comisión bilateral Estado-Xunta».

El futuro jefe del Ejecutivo gallego también adquirió el compromiso de tramitar y aprobar los planes sectoriales metropolitanos de las grandes ciudades -Vigo, Lugo, Ourense y Pontevedra- y los planes de movilidad de las áreas urbanas intermedias. Además, el presupuesto en infraestructuras de transporte se elevará del 0,85 por ciento al 1 por ciento del Producto Interior Bruto; así como el presupuesto en mantenimiento, gestión y conservación de la red será, como mínimo, del 3 por ciento del valor patrimonial.

A pesar del incremento de la partida para infraestructuras, el suyo será un Gobierno austero, como prometió durante la campaña electoral. Lo primero que hará al tomar posesión de su cargo será revisar los Presupuestos para este año elaborados por el PSdeG, que los populares consideran irreales.

Núñez Feijóo centró buena parte de su discurso precisamente en la crisis económica y en las medidas que pondrá sobre la mesa para combatirla. Entre ellas, suprimir el 40% de los altos cargos, con el objetivo final de ahorrarle 100 millones de euros a las arcas públicas.

Tras su discurso de investidura, la sesión quedó suspendida durante 48 horas. El jueves será el turno de réplica de los tres grupos parlamentarios y la votación final. Núñez Feijóo será investido presidente en primera vuelta con 38 votos (los de su partido), dado que el PSdeG y el BNG han anunciado que votarán en contra. Después de eso, toca confeccionar el Gobierno, asunto sobre el que el futuro presidente gallego mantiene un hermetismo absoluto.

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