Los malos modales de Alvarez-Cascos hartan a sus escoltas policiales

Los malos modales de Alvarez-Cascos hartan a sus escoltas policiales

(PD).- El equipo de escoltas del ex vicepresidente Francisco Alvarez- Cascos ha trasmitido a sus superiores un ultimátum negándose a seguir velando por su seguridad, debido a los reiterados maltratos de que son víctimas por parte del también ex ministro de Fomento de Aznar.

La Confederación Española de Policía (CEP) ha pedido al Ministerio del Interior «la retirada absoluta de la protección oficial que se brinda a este personaje».

Una exigencia que, aseguran, han hecho llegar también al protegido y a su partido, debido a los maltratos y falta de consideración sufridos por los agentes, «quejas que existen desde que [Alvarez Cascos] ocupaba un puesto en el Ejecutivo, pero entonces los compañeros se limitaban a hacerlas llegar a sus sindicatos, nunca a los mandos, y siempre de modo verbal para evitar ser identificados y sufrir represalias. Ahora, se ha colmado el vaso y las quejas llegan a menudo y por escrito», explican los funcionarios en su solicitud.

De cómo Cascos se saltó seis semáforos
En las notas informativas elaboradas en los últimos meses por los escoltas, a las que ha tenido acceso Público, relatan cómo en una ocasión les fue imposible seguir al ex vicepresidente Alvarez- Cascos tras cometer este varias infracciones de tráfico. Según describen, pudieron mantenerse cerca «a duras penas» después de que el político se saltase cinco semáforos en rojo. Al sexto, ocurrido a la altura del número 64 de la calle Santa Engracia, los policías se vieron obligados a detener su automóvil ante el temor de atropellar a los peatones.

La prole sigue su ejemplo
En uno de los escritos se destaca que el ex vicepresidente viaja a menudo en el vehículo oficial con sus dos hijos pequeños, a los que no obliga a utilizar «ni el cinturón ni la silla» de seguridad reglamentarios. De hecho, el agente asegura que el político conservador «nunca se coloca el cinturón» y que, por ejemplo, en Reyes llegó a llevar hasta cinco personas, entre ellas sus hijos, en el asiento trasero del coche del escolta.

«Uno de los niños, encima de su padre, iba dando patadas al asiento del policía». En otra ocasión, uno de los pequeños desconectó el inhibidor, un mecanismo que lleva el coche y que impide que se activen contra él artefactos explosivos por control remoto.

«Siga recto, hostias», «joder, coño»
Otra denuncia recoge los malos modales del ex vicepresidente, como cuando «chillando y faltando el respeto» mostró su desagrado por el itinerario que los agentes habían tomado para ir desde la Avenida de los Toreros a su domicilio, en el centro de Madrid.

«Siga recto, hostias», «joder, coño, por la ruta habitual», gritaba Alvarez-Cascos y «en ningún momento se disculpó por las palabras y la forma de dirigirse», a los escoltas.

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