Lo que la cacería ha unido…

Lo que la cacería ha unido...

(PD).- Les ha salido el tiro por la culata, porque han dado aire a Rajoy cuando el PP parecía al borde del colapso. Y todo por unos cuernos. De puertas afuera, todos y de forma destacada el ministro Bermejo y el juez Garzón- sacan pecho y hacen como que la cosa no va con ellos, pero el cabreo es mayúsculo.

El ministro Rubalcaba ha puesto al comisario Juan Antonio González a caer de un burro -«por ir donde no le llamaban»-, Zapatero está que trina con el presumido de Bermejo y en la Audiencia hasta se cachondean de Garzón.

No hay que ser un lince, para concluir que lo que se puso en marcha en agosto de 2008 y tomó velocidad con la primera filtración al diario El País, es una operación de liquidación política contra la oposición, manejada con ritmo estratégico y una escalonada cadencia de precisión.

A partir de la evidencia de una trama corrupta, cuyo alcance se mantiene difuso para aumentar el efecto de la onda expansiva, el proceso judicial está siendo utilizado como jaleador de una rehala.

Sin disimulo: la procaz exhibición de la cacería de Jaén no es más que una siniestra demostración de arrogancia. El diseño incluye un gran tiroteo final que arrase al Partido Popular ante la opinión pública, pero antes lo van a marear durante dos o tres meses con una jauría de acoso.

Como subraya Ignacio Camacho en ABC, cuando llegue el momento, Garzón señalará nuevas imputaciones de aforados que le obligarán a soltar el sumario como quien deja caer un rifle recalentado de pólvora.

LOS DETALLES SONROJANTES DE UNA MONTERÍA DE AMIGOTES

Javiér López, que hace una primorosa crónica en ABC dice como ejemplo a un vecino residente en la zona de la montería d ela vergüenza:

«Antes Garzón entraba al pueblo casi bajo palio. La gente le aplaudía por las calles. Ahora es otra historia. Si saluda, le saludan, pero no le hacen reverencias. Aunque él se cree todavía el amo de Torres».

Motivos tiene: la Diputación de Jaén, gobernada con mayoría absoluta por el PSOE, arregló la semana pasada con dinero público (3.000 euros) el camino de acceso a la finca privada Cabeza Prieta para que, a modo de alfombra roja, circularan sin sobresaltos los vehículos en los que se desplazaron al lugar el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, el magistrado de la Audiencia Nacional, y los cazadores de reparto que acompañaron a ambos en la polémica jornada cinegética.

Polémica no tanto por lo que cazaron, un jabalí y 12 muflones, como porque tuvo lugar en plena «operación Gürtel», activada por el juez un día antes de la montería, y que ha motivado el encarcelamiento e imputación de varios militantes del PP.

La velada cinegética ha levantado sospechas y hay que descartar que la utilización adecuada de la carabina monopolizara la conversación que mantuvieron el viernes, durante la cena celebrada en el hotel Del Val, de Andújar, situado a los pies del camino que enlaza la ciudad jiennense con el santuario de la Virgen de la Cabeza.

Sobre el ágape se cierne un velo de censura. Nadie quiere hablar de lo que se dijeron en el restaurante los representantes del poder ejecutivo y judicial, auxiliados en las bandas por algún que otro alto cargo de la administración socialista.

En un selecto coto del parque natural de Sierra Morena tuvo lugar la primera de la monterías, en la que se cazaron venados, durante la cual los protagonistas de esta historia buscaron un aparte para hablar de sus cosas. En contra de lo habitual en este tipo de saraos, en los que la camaradería obliga a compartir mesa y mantel con todos los participantes, Bermejo y Garzón se montaron un almuerzo por separado.

Después de la montería se desplazaron hacia Torres, donde les aguardaba una amplia casa de campo que cuenta con dependencias idóneas para las conversaciones confidenciales, alejadas de ojos curiosos y oídos indiscretos.

Asistentes a la batida aseguran que durante la comida, cuyo plato principal consistió en andrajos (harina guisada, alcachofas y conejo), el ministro y el juez no se sentaron juntos, pero admiten que tuvieron la oportunidad de hablar largamente durante la noche del sábado en la finca. Los automóviles llegaron a la finca a media tarde. Parte de los cazadores se quedó en ella y otros se alojaron en el hotel Almoratín.

Sorteo de puestos
El domingo hubo madrugón y desayuno montero. Después, sorteo de puestos. El de Garzón estaba a un paseo del que le tocó a Bermejo. Les acompañaban cerca de 40 personas, en su mayoría militantes y simpatizantes del PSOE, provenientes de Torres y de la cercana localidad de Mancha Real.

La afinidad ideológica o la amistad con el juez de la Audiencia Nacional propició que compartieran montería el dueño de una rehala de perros, el ex candidato socialista a la alcaldía de Jaén Marcos Gutiérrez y la fiscal (también de la Audiencia) Dolores Delgado, entre otros.

Curiosamente el organizador de la cacería es el secretario local del PP de Torres, Bartolomé Molina, aunque la formación a la que pertenece asegura que no ejerce como tal desde hace 2 años, cuando fue sustituido por otro militante como cabeza de lista para las elecciones municipales.

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