(PD).- La próxima asamblea de socios, que debe convocarse antes del 19 de abril, se presenta movida; en ella previsiblemente se cubrirán las dos vacantes de su Junta Directiva. El malestar entre buena parte de los socios es patente. Alcaraz denuncia que hechos como el acercamiento de presos o la presencia de ANV se despachen “con una mera nota de Prensa para cubrir el expediente”.
Según cuenta la revista Época, la asociación mayoritaria y decana de las víctimas del terrorismo en España, la AVT, atraviesa muy malos momentos. Hoy tan sólo quedan en su puesto tres de los cinco miembros que componían la Junta Directiva que nació el pasado 19 de abril en sustitución de la anterior.
La gestión de Juan Antonio García Casquero, relevo del infatigable ex presidente de la asociación, Francisco José Alcaraz, ha dividido a la cúpula de las víctimas y a numerosos asociados que observan con preocupación el rumbo emprendido por su máximo dirigente. Ya han dimitido por discrepancias con su presidente el tesorero de la AVT, Antonio Muñoz, y su secretaria general, Carmen Miranda.
Hoy permanecen junto a García Casquero la vicepresidenta de la asociación, Ángeles Pedraza, y la vocal Manuela Lancharro.
No son los únicos cambios que se han vivido en el seno de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Fuentes internas de la máxima solvencia denuncian que, además, se han producido cuatro despidos, una baja voluntaria y una dimisión que certifican la convulsa etapa que se vive en la organización.
A la salida del tesorero y de la secretaria general hay que sumar el despido improcedente de la abogada en plantilla de la organización, que se encargaba de la coordinación jurídica.
Asimismo, los dosmiembros de su gabinete de Prensa también fueron despedidos de forma improcedente, y uno de los sustitutos de éstos, hasta el momento hombre de confianza de García Casquero, abandonaba su tarea recientemente. También ha dejado la AVT su responsable de eventos y del popular Club de Atletismo. La última baja se produjo hace escasos días, con el despido improcedente de la coordinadora de delegaciones de esta organización.
ÉPOCA se ha puesto en contacto con García Casquero para conocer su versión sobre los ceses, pero no ha querido hacer declaraciones: “De ese asunto no voy a decir nada porque es un tema interno de la asociación, y la AVT tiene asuntos más importantes, entre manos, como la lucha contra el terrorismo y la asistencia a las víctimas más, antes que hablar de despidos o destituciones”. El presidente de la AVT tampoco ha querido hacer declaraciones sobre las dimisiones de la secretaria general y el tesorero.
No son los únicos cambios
La AVT, según las mismas fuentes, ha cortado la colaboración con su anterior asesoría laboral y con el prestigioso bufete de abogados que les asesoraba externamente en materia jurídica, fiscal y administrativa.
Tanto los destituidos como las entidades con las que se ha rescindido la colaboración mantienen un nexo común: todos ellos trabajaban en la AVT -o para ella- durante la etapa de la presidencia de Alcaraz, en la que la asociación de víctimas se enfrentó, con un masivo apoyo ciudadano, al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero durante su negociación política con ETA.
A los vaivenes del personal, se suma la polémica por el trato que la actual dirección de la AVT dispensa a Alcaraz, además de acontecimientos recientes como la desestimación de la demanda de la asociación frente al diario Público.
“La actitud de Casquero hacia la cacería de Alcaraz es impresentable”, señala a ÉPOCA un destacado miembro de la AVT que prefiere permanecer en el anonimato. “Los delegados de la asociación están acojonados”, relata el mismo asociado que también alude a los diferentes despidos y a que “el ambiente está muy enrarecido y nadie sabe con quién hablar”. Tanto, que ya ni se fían de sus correos electrónicos (“tienen acceso a ellos”).
